-Puedes retirarte, Felicia- dijo Jordan sin realmente mirar a la empleada, sentía en ambiente magnético y no podía apartar la vista de Emira y Zairy- Te llamaré si necesitamos algo. -Cómo diga, señor- dijo la mujer antes de cerrar la puerta. Emira se había vuelto a poner el vestido, sólo que ahora no usaba ropa interior alguna, tampoco calzados. Y su cabello estaba a medio secar, pero eso no era impedimento para que él se apartara del centro de la cama mientras ella se sentaba con Zairy jugando con su largo cabello azabache. -¿Haz pensado en cómo haríamos para ir a Maloani con ella?- preguntó Emira jugando con la pequeña inocente de la conversación de ambos. Jordan frunció levemente el ceño. -¿A qué te refieres?- -Hablo de la parte legal, Jordan- Emira suspiró y lo miró a los ojos.