¿Cómo me enamore de Augusto? Pues, no recuerdo si fue cuando en me protegió con su abrazo o cuando me salvo de morir, o tal vez fue cuando aún vivía con su novio Leonardo. Solo recuerdo que su sonrisa me encantaba. Cuando Leonardo murió, su sonrisa se apagó y, aunque Sara lo ayudo a salir de ese hoyo, su sonrisa no volvió a ser la misma sonrisa radiante que me encantaba mirar a través de la ventana de mi habitación todas las noches antes de que él entrara a la casa de Leonardo. Cuando desperté en el hospital, con un montón de aparatos conectados a mi cuerpo, con mis muñecas vendadas, con Sara a un costado mío, esperando a que despertara. Los médicos me dijeron que si Augusto no hubiera llegado y no hubiera detenido la hemorragia yo habría muerto en soledad. En cuanto me entere, algo d