—¿Dónde se ha metido Lauren que no la oigo ni la veo por ninguna parte— pregunta Frank, cuando regresa de la cocina con una bandeja de pasa palos en sus manos.
—Tu sabes cómo es Lauren; ella siempre tiene un plan B —responde Susan sonriendo— salió a la calle porque conquisto a un rubio en la fiesta y ha venido a buscarle.
—Espero que tu no tengas un plan B; que a nadie se le ocurra venir a buscarte a ti —dice Frank sonriéndole y sintiéndose emocionado— quiero que me regales tu compañía un buen rato Susan.
—No te preocupes Frank —le dice Susan mirándole a los ojos— mi plan es irme de aquí, cuando tú quieras que me vaya; ahora quiero que bailemos esa canción.
Frank la tomo de las manos llevándola al centro de la sala, y al ritmo de una suave canción comenzaron a bailar, sintiendo como ella pegaba su cuerpo a él; experimento una gran emoción, aspirando profundamente su aliento.
—Hoy no quisiera que te fueras Susan —le dice Fran, hablándole en voz baja al oído, mientras sentía como ella se estremecía, pegándose amas a el
—Entonces, me quedare el tiempo que tú quieras que me quede, Frank; esta noche no tengo ningún compromiso —le dice ella, mirándolo fijamente a los ojos— me quedare contigo esta noche situ me lo pides.
—Escúchame Susan —le dice Frank rosándole el cuello con sus labios— nunca te había visto tan bella y tan sensual, y me sentí muy celoso al verte bailar con Robert tanto tiempo; quiero que sepas que te amo desde que te conozco
—Oh Frank; no te imaginas el tiempo que llevo esperando escucharte eso —le dice ella emocionada y abrazándolo fuerte— me vestí así para ti; quería llamar tu atención ; ser tuya esta noche era mi único plan.
—Te aseguro que has llamado mi atención desde hace mucho tiempo, y que siempre te he deseado mi Susan —le dice Frank besándole el cuello— llegar a este momento ha sido mi sueño por mucho tiempo, y hoy te vi tan sensual que quería comerte a besos ahí mismo
—Aquí estoy dispuesta a dejarme besar donde tú quieras; quiero que me ames mucho, esta noche, soy toda tuya Frank; porque tambien este ha sido mi sueño —le dice ella buscando sus labios con ansiedad
—Ven mi amor, te llevare al lugar donde te he soñado; donde tú has sido mi dulce fantasía —le dice Frank, levantándola en sus brazos y llevándola a su cama, mientras ella colgada de su cuello, no dejaba de besarlo; la colocó en su cama y ahí la contemplo deseoso viendo como sus labios se entreabrían esperando sus besos; se acercó a ella y la beso intensamente mientras le quitaba aquel vestido casi transparente, dejando al descubierto su senos turgentes libres de sostenes, que ella se había encargado de desaparecer, igual que su ropa íntima; los acaricio llenando sus manos con ellos, y comenzó a besar sus pezones , presionándolos suavemente y masajeándolos con la punta de la lengua, haciéndola gemir de placer y deseo, y mientras ella crispaba sus manos contra sus hombros; él se quitó su ropa, dejando libre su erección, y poniéndose sobre ella, entre sus piernas abiertas, comenzó a frotar su erección contra su clítoris y los labios húmedos de su intimidad, mientras ella jadeaba de placer abrazándolo fuertemente y besándole el cuello con pasión, y movía su pelvis al mismo ritmo que lo hacía Frank frotando su intimidad que se derramaba de placer, mientras ella le rodeaba con sus piernas, apretándose más contra él, ansiando ser penetrada, el continuaba con aquel juego que la hacía delirar de placer; ella hiso un movimiento brusco en el que sus cuerpos giraron quedando ella a horcajadas sobre el pene endurecido de Frank, y enloquecida por el deseo, dejo que aquella erección comenzara a penetrarla, mientras que en su rostro se marcaba una expresión indescriptible de inmenso placer, apretándose contra ella, impulsándose con las manos sobre el pecho de él, hasta sentir que le rosaba deliciosamente, la sensibilidad de esas fibras en lo más profundo de su intimidad, y mientras Frank le acariciaba los pezones, ella soltaba gemidos de placer, haciendo que su cuerpo subiera y bajara rítmicamente al mismo tiempo que lo hacia él, hasta que aquel movimiento se aceleró al máximo y en un gemido compartido, el la tomo por los glúteos y la presiono fuertemente contra sí, hasta donde ella se sintió profundamente invadida, sintiendo el calor de su eyaculación dentro de ella, que exhausta dejo caer su cuerpo sobre él, quedándose muy quieta, y sintiendo aun esos últimos estremecimientos de su orgasmo.
Quedaron jadeantes como fundidos en un solo cuerpo, mientas ella permanecía sobre él, adormecida por el relajamiento de todos sus músculos, después de aquel delicioso momento; Frank le acaricio la espalda deslizando sus manos hasta sus glúteos presionándolos suavemente, contra su cuerpo; poniéndole una mano entre sus piernas, deslizo sus dedos dentro de su inundada intimidad, frotándola suavemente haciendo que ella se despertara con un estremecimiento de aquel sopor de sueño.
—Te odio —le dice Susan en voz muy baja al oído— Por qué me mantuviste privada de este delicioso placer por tanto tiempo; oh Frank; por favor no dejes de acariciarme así; déjame disfrutar esa sensación tan deliciosa
—Es que no sabía que mi compañera de estudios, llevaba un volcán escondido; hare lo que quieras para compensarte; me fascina tu cuerpo y me enloquece tu manera de hacer el amor, Susan —le dice el mientras sus dedos siguen jugueteando dentro de su v****a.
—Estoy dispuesta a ejecutar una larga venganza contra ti Frank; te obligare a quitarme estas ganas que tenía acumuladas por tu culpa —dice ella besándolo con intensidad mientras sus músculos se van tensando— oh Frank que delicioso es eso que estás haciendo en mi v****a; me estas provocando un orgasmo con tus dedos; ¡no pares por favor; asiiii, oh Frank que divino!
—No te imagine tan apasionada, Susan —le dice besándola en el cuello, momentos después de que pasara la tensión de su orgasmo— me has dejado gratamente sorprendido.
—Voy a tomar una corta ducha vaquero, volveré muy pronto; aun tenemos muchas cosas pendientes, espero que no huyas —le dice ella caminando desnuda al baño, sabiendo que el mira deseoso su sensual trasero
—Te extrañare mucho preciosa; mientras tanto imaginare como será tu venganza.
—¿Qué haces aquí Frank? —le pregunta Susan, desde bajo de la regadera, al notar que el había entrado al baño.
—Sentí que tardabas demasiado amor, y vine a ver si necesitabas ayuda —le dice, mientras mira su silueta atraves de la división semitransparente de la ducha— puedo darte un masaje mientras te duchas.
—Pues, ahora que lo mencionas, si necesito un masaje muy especial, si no sabes yo te enseño como se hace; ven y sorpréndeme otra vez.
—Desde ahora seré tu masajista particular —le dice Frank abriendo la puerta corrediza y entrando a la ducha donde ella está de espalda, debajo de la regadera — oh Susan; ¿sabías que tienes un trasero espectacular?
—Tienes permiso para tocarlo, Fran, me encanta que te guste —le dice ella apoyando las manos en la pared inclinándose hacia delante y entreabriendo las piernas, sabiendo que esa visión está provocando una fuerte erección en Frank— estoy esperando tu masaje.
Frank serró la regadera y contemplo como el agua destilaba por el cuerpo desnudo y esbelto de Susan, que posando en aquella posición tan tentadora lo hacía estremecer de deseo.
—Eres perversamente provocativa —le dice Frank, mientras la abraza por la espalda, y acaricia sus senos.
Ella voltea el rostro hacia atrás permitiendo que el la bese por todo el cuello, haciendo que todos los poros se le broten con un estremecimiento de placer, mientras siente debajo de sus glúteos, aquella erección, que irrumpe, hasta acariciar los labios de su intimidad que comienzan a humedecerse por aquel contacto endurecido que va y viene, tocando la puerta de su v****a deseosa, mientras el con una mano acaricia sus pezones, haciéndole endurecer sus túrgidos senos, con la otra mano, estimula su clítoris haciéndola jadear ansiosa, arrancándole gemidos de pasión y deseo; ella se da la vuelta y colgándose en el cuello de él, se levanta cruzando las pierna detrás de él, sobre sus glúteos; descolgándose un poco, deja que sus caderas bajen, hasta sentir en las paredes de su v****a, aquella erección que penetra profunda y deliciosa, mientras el, poniendo las manos debajo de sus glúteos, la hace subir y bajar a un ritmo acelerado hasta que los gemidos de ambos se confunden, terminando en un alarido de placer. Ella permaneció ahí sobre él, sintiéndolo aun dentro de ella y como bajaba la presión en las paredes de su v****a. Momentos después ella bajo sus piernas y se quedó abrazando a Frak, muy apretado contra el
—Me has dejado sin fuerzas amor, pero muy feliz —le dice ella muy bajito al oído— abrázame muy fuerte Frank, que mi piel tambien quiere hacerte el amor.
—Ahora te amo más Susan —le dice el, manteniéndola muy apretada contra si —has hecho que mis sueños se hagan realidad
Se separaron lentamente y abriendo la regadera y con el jabón en sus manos juguetearon y acariciaron mutuamente sus cuerpos, y destilando agua se fueron a la cama.
—Ya es de madrugada Susan —le dice Frank pasándole la mano por los senos— debes estar cansada.
—¡¿Estás loco, Frank?! —Le dice, fingiendo estar escandalizada— ¿a quién se le ocurre dormir en una noche como esta?; te prohíbo que te duermas; mira que apenas comienza mi venganza.
—Está bien señorita, como usted ordene —le dice mirándola a los ojos con picardía— creí que en el baño se te habían agotado las fuerzas.
—¡¿Queeee?!; ni lo pienses Romeo —le dice ella mirándole a los ojos, mientras le presiona con suavidad su intimidad— lo que paso en el baño, solo fue un aperitivo; prepárate para que me des mi plato fuerte.
—¿y cómo quiere la señorita su plato fuerte? —le pregunta con rostro de inocencia— ¿me puede dar una pista de cuál es su preferencia?
—Primero quiero que me sirvas un trago bien fuerte mi amor —le dice ella empujándolo de la cama— mejor tráigase la botella, mientras pienso lo que quiero
—Aquí tiene la princesa su trago bien cargado —le dice el trayéndole una botella y un vaso y luego, volviendo a la cama.
—Muy bien amigo, déjeme mirar el menú —le dice ella, mientras lo detalla de arriba abajo, después de tomarse un sorbo de licor—esto se ve todo delicioso; creo que tomare el plato de la casa; estoy segura que será exquisito —y poniéndose a horcajadas sobre el —yo te ayudare a servirlo.
En ese momento, volvieron a entregarse como la primera vez, experimentando el placer de amarse sin límites; Susan volvió a sentirlo dentro de ella, disfrutando el placer de ser poseída por el hombre que tanto amaba; sintió aquellas sensaciones que le hicieron vibrar sacándole gemidos de lo más profundo de su ser; el toco todas sus fibras más íntimas hasta hacerla sentir aquella delirante satisfacción que nunca había sentido. Frank volvió a experimentar el delicioso placer de la entrega total de su amada sintió el exquisito placer que ella le brindaba con su apasionada manera de amarlo y hacerlo sentir el hombre más feliz; experimento el placer de sentirse dentro de la mujer de su vida