When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
—¡¿Qué has dicho?! —exclamó Murat sujetando al hombre del cuello. Zoey y Camila se asustaron, incluso el guardia de Camila bajò a ayudarla. —¡Murat, basta! —¡Este hombre dijo que era tu amante, que el bebé que esperabas era de èl! José Cruz logró apartarse de él y recuperó el aliento. —¡No es cierto, Zoey! Lo juro, lo juro, no es verdad, no le creas. Zoey mirò al hombre, sintió rabia de sus palabras, porque ahora creía que era capaz de cosas muy crueles. Ella abofeteó el rostro de ese hombre. José le mirò con rabia y tristeza. —No puedo creerlo de ti. —¡Ni yo de ti, Zoey! Tenías que meterte con este imbécil, èl mismo matón de colegio, y embarazarte de él, ¿en serio? ¿No pudiste esperarme? —¡Yo nunca te amé, ni nunca te amaré! José la mirò con rabia. Murat le tomó del cuello