Los ojos de Estefanía casi salían de sus cuencas, negó, incrédula ante esas palabras. —¿Qué? ¿Te casaste con ella, Emmanuel? Emmanuel sonrió al escuchar su pregunta. —Así es, ella es mi esposa, la nueva señora Harp —dijo, mirándola con un brillo en los ojos, sosteniendo su mano. Estefanía estuvo a punto de sollozar delante de todos, pero se contuvo lo suficiente para no enloquecer y hacer el ridículo, su boda de por sí ya era un chiste mediático. Fernando sintió un frío en el estómago, miró a Camila con ojos severos, ella levantó la mirada, había una frialdad en su gesto. «¡Te casaste, Camila! ¿De verdad te casaste con otro hombre?», pensó y maldijo en su mente. —¡¿Cómo es esto posible?! ¡Mujerzuela! Te casaste con un hombre rico, ¡eres una cazafortunas! —exclamó Agnes. Camila