“Con el tiempo, es mejor una verdad dolorosa que una mentira útil.” Thomas Mann Stuart regresó a la habitación algo estresado, a pesar de que trataba de ocultar su incomodidad, Angie sabía que algo le estaba pasando y no tenía que ver con comprar una casa nueva. Él se colocó el bóxer y se acostó al lado de ella. Angie lo abrazó, se refugió en su pecho. Comenzó a besarle el pecho y sus tetillas. —Me haces cosquillas mi amor —la apartó, pero ella insistió jugueteando con él. —Pues hasta que no consiga lo que busco no me quedaré tranquila —dijo mirándolo y dirigiendo luego la mirada a su sexo. —Estoy un poco cansado. Además ahora no creo que sea conveniente que estemos como conejitos. —Mi médico dice que es el mejor ejercicio para preparar el cuerpo al momento del parto —movió la punta