Capítulo 1
CAPITULO UNO
Era una tarde lluviosa en la cual la mayoría de los humanos estaba en sus hogares, algunos veían caer las gotas de lluvia y fantaseaban con algunos sueños de su infancia, otros sólo pensaban en cuentas por pagar, en y medio de ellos se encontraba una joven omega la cual escapaba de su manada.
No eran amables con ella la humillaban y maltrataban a más no poder, ella solo sollozaba al ver la lluvia caer en un callejón de la ciudad, nadie tuvo el deseo de ayudarla nadie se paró a ofrecer un poco de ayuda "a esa pobre mujer" como la llamaban algunos que pasaban Diana: –Al menos estoy a salvo aquí nadie intentará golpearme o abusar de mi debo soportar solo unas noches, se que lograré salir adelante no importa qué al final del día se postró al frente de una casa abandonada no tenía alternativas necesitaba un lugar donde dormir, durmió a medias siempre preocupada de que alguien quisiera lastimarla y no era para menos en su manada solo recibía golpes y abusos, ella solo quería vivir su vida, no deseaba más que eso (pensamiento) ...
Se reprimió así misma al fantasear con cosas que sabía jamás pasarían, era solo una débil omega nada más, nadie reconocería nunca sus esfuerzos ni la amaría, pero ella deseaba vivir su vida así que pensó que estando en el mundo humano, sería más fácil, mientras tanto en su manada la buscaban, no estaban de acuerdo en que los expusiera y pensaron en matarla no encontraron, otra solución
Rodolfo: –Esa maldita se ha burlado de nosotros ¿como diablos es que no logran encontrarla? ¡ Son unos idiotas largo de aquí !
Maldita sea cómo se me pudo escapar esa mocosa sin haberla tenido en mi cama antes ¡¡pero esto no se va quedar así!! llegará el día en que la encuentre y antes de matarla la haré mía mientras tanto calmare mis deseos con alguna otra zorra omega.
Para el alpha y para toda la manada la idea de tomar en cuenta a una hembra cuando quisieran no les hacía sentirse mal, aún cuando ellas no quisieran eran obligadas a cumplir sus deseos solo por ser más fuertes,la diosa observaba con tristeza cuán equivocados estaban sus hijos y se decepcionaba de ellos, estaba cansada de escuchar súplicas de lobas pidiendo piedad ante los abusos, mientras tanto Diana seguía intentando vivir, a la mañana siguiente...
Se levantó del suelo y se dispuso a buscar un trabajo de lo que fuera. Camino horas y entró a un sin fin de tiendas y casas, pero era inútil
al ver su vestimenta, al ver su cara desalineada nadie la aceptaba ni tomaba en serio al final del día estaba cansada con hambre y triste le dolía no encontrar un empleo, no poder hacer nada con su patética vida como ella lo llamaba.
Derrotada, hambrienta y triste regresó a la casa abandonada. Intentó volver a dormir pero no podía, el hambre no la dejaba y decidió pedir un poco de ayuda a los comerciantes, tal vez ellos pudieran darle una manzana o algo que comer a cambio de ayudar a guardar sus cosas.
Diana: –Señora ¿me podría dar una manzana a cambio de ayudarle a guardar sus cosas?
: –¡ Estás loca! No dejaría que una pordiosera como tu tocará mis cosas ¡ fuera de aquí.!
Diana no dudó en soltar el llanto y salió corriendo del lugar
Diana:– ¿Por qué? ¿Por qué nadie acepta ayudarme? un desconocido se acercó a ella al verla llorar y le ofreció su ayuda, ella ilusionada lo aceptó pero noto que no era humano, era un licántropo como ella, inmediatamente corrió sabía bien que nada bueno saldría de su ayuda el se burló al verla correr y rápidamente salió tras de ella, al alcanzarla la sujetó del cabello y la lanzó al piso Raúl :– Valla valla... mira nada más una omega se resiste a mi, vamos zorra no te hagas la digna, ven aquí vayamos a mi apartamento Diana : –No déjame tranquila no iré contigo a ningún lado Raúl :– Así que te haces la interesante, jaja ¡vamos! no juegues con mi paciencia. Diana lloraba e intentaba escapar de él, pero era en vano su esfuerzo el la tomó del brazo y la hizo caminar a la fuerza, ella se resistía y gritaba por ayuda, pero era inútil nadie la ayudaba, miró al cielo con los ojos empeñados y resignada a su cruel destino Diana: –Diosa luna (suplicas) .
El la sujetaba con fuerza y se burlaba de sus súplicas, ella no dijo nada más estaba tan débil y cansada, estaba lista para recibir su destino sólo esperaba no morir de una manera demasiado violenta
trago en seco al ver cómo el hombre la arrojó a los pies de dos lobos, más que la miraban con asco Raúl : –Miren lo que me encontré, no está nada mal ¿cierto? espero nos dure más que la anterior
ellos se burlaron maliciosamente y la empezaron a golpear mientras se reían de sus intentos por salvarse, al final no hubo más lucha ni más movimientos, se dejó vencer y cayó inconsciente, a la mañana siguiente se encontró en una habitación encerrada y atada tenía varios rastros de sangre en su boca y estaba completamente desnuda Sollozo al saber que esos bastardos habían abusado de ella intento salir pero era inútil, estaba débil y atada, una vez más miró arriba y suplico a la diosa ayudarla, no perdía la esperanza que ella la escuchara y la sacara de ese infierno paso atada todo el día sin comer, al anochecer los mismos bastardos, volvieron y la alimentaron para después, una vez más abusar de ella Diana lloraba y pedía piedad pero ellos no la escuchaban, al terminar la dejaron tirada en el piso Diosa luna: –Pequeña no desesperes e escuchado tus ruegos, se cuanta maldad hay hacia ustedes no son respetadas ni amadas solo abusadas y obligadas a cosas horribles pero ¡te prometo que será diferente de ahora en adelante! Haré que ellos vivan solo para ustedes y sean ellos, quien se subyugen a su voluntad serán lo más anhelado y deseado para ellos, las amarán más que a su propia vida, ustedes serán su mayor tesoro y jamás volverán a dañarlas, por que si lo hacen será como si ellos mismos se dañasen, ahora ven, te sacaré de aquí y ellos recibirán un castigo Diana: –Gracias diosa por al fin escuchar mis súplicas...
Diosa luna: –Pequeña estoy tan avergonzada, esos animales las han ultrajado y he perdido a varias ciervas solo por la lujuria de sus corazones, estoy cansada de verlas morir, son mis hijas al igual que ellos y las amo
la diosa tomó en sus brazos a Diana y la sacó del lugar Se alejó al bosque y la recostó en un claro, le dio de beber y la dejó unos minutos recostada, unas horas después Diana despertó.
Diana : –Diosa ¿donde estás?
Diosa luna: –Aquí pequeña en todas partes debo irme, este lugar es especial cada vez que estés herida o hambrienta ven aquí, encontrarás todo desde hoy tú serás la guardiana de este lugar, recuerda que la ambición siempre estará presente, habrá quien intente utilizar este lugar para otros fines, confío en que tu lo sabrás proteger bien ahora vive tu vida y no permitas que nada malo te pase.
Diana: –Gracias diosa luna así lo haré