Buscaba las maneras de evadirlo, de no estresarlo.
-Nada, no pasa nada. -Miré hacía la cocina dándoles la espalda- Solo quería visitar a mis padres.
Mi padre suspiró- Tu nunca has mentido, porqué razón lo haces ahora? ¿Qué tan malo es lo que te ha sucedido? -
Analizaba su acento español, amo tanto la forma en la que habla, hace que sus socios le tengan demasiado respeto, aunque suele ser un poco ordinario para hablar...
Olvidaba que mi padre esperaba una respuesta. Era verdad, nunca les había mentido y es mejor no hacerlo ahora.
-Es que... -Lo estaba pensando MUY bien.- La verdad es que, Dios -Suspiré otra vez.
-Habla ya mujer!- Mi padre estaba furioso.
-Estoy embarazada -Bajé la cabeza avergonzada, nunca estaba en mis planes ser tan pendeja y dañarme la vida así.
¡¿Por Jesucristo
