Abrí los ojos, y estaba en el mismo lugar, en el mismo lugar el cual todas mis pesadillas se hacían realidad, el baño.
Escuchaba una voz afuera.
-Es mejor que la dejen un rato sola, mientras se calma.
Esperé un largo rato, por la ventanilla podía ver que ya estaba oscuro. Salí muy despacio del lugar, no había nadie en la habitación, todo estaba como lo dejé.
Me acerqué a la ventana, millones y millones de recuerdos llegaban a mi mente mientras me acercaba más a ella. Podía ver mis manos aún sangradas, cuándo ya estaba allí mirando los edificios y el cielo oscuro noté que era muy bajo, estaba en un tercer piso.
Salí y el pasillo estaba solo, oscuro. Caminaba lentamente en una dirección, hacía el ascensor. Dolía cada paso que daba, dolía no solo físicamente, dolía cada recuerdo que lle
