Jade y Sean observaban la ventana con diferentes expresiones. Mientras la bailarina no podía creer lo que estaba pasando, el empresario sonreía de oreja a oreja. - Creo que la que no se irá de aquí eres tú - Murmuró en el oído de ella - Amo el campo. - Me tienes que regresar a mi casa - Murmuró de la misma forma que lo había hecho Sean - Mi mamá se pondrá como loca si no regreso hoy. - Te regresaré cuando deje de llover - Se encogió de hombros - No te voy a arriesgar. - No lo harás - Contestó sin importarle lo que estaba sucediendo - Solo tenemos que salir de aquí y subirnos al auto. - Te vas a mojar Jade - Suspiró cansado - Créeme que no quiero que tu madre venga y me demande por estar contigo, pero esa lluvia no me dejará manejar. - Pues tiene que dejarte - Lo miró seria - Necesito