Quinquaginta Et Quattor

2990 Words

Jade se acercó con mucho cuidado por detrás de una de las paredes para que su madre no escuchara su sus pasos. Sin que fuera descubierta, alzó un poco su mirada para poder observar quien era el responsable de esa voz que había escuchado. La bailarina frunció el ceño al notar a un hombre un poco más grande de edad que sus padres entregándole un gran ramo de flores a su madre. Entrecerró sus ojos para poder investigar el tipo de flores que le habían mandando, las cuales resultaron ser unas hermosas peonias de un color rosado pastel. Jade espero a que su madre le contestara algo al señor antes de salir de su escondite. - ¿Dónde quiere que se las ponga? - Preguntó un poco impaciente por el gran ramo que tenía en sus manos. - ¿Cuántas flores son estás? - Frunció el ceño y las señal

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