Dadas las cinco de la tarde, Sean suspiró de cansancio ante todo el trabajo que terminó en el día. El toque de la puerta lo hizo irritarlo aún más de lo que estaba, pero mencionó un "Adelante" en seco.
- Señor Sean, su padre está en la línea tres - Señaló el teléfono que tenía a su derecha - Dice que es urgente.
- Muchas gracias - Asintió y agarró el teléfono entre sus manos - Ya puedes retirarte - Su secretaria asintió y salió de ahí.
Sean respiró profundamente antes de poner el teléfono en su oído y escuchar a su padre.
- ¿Qué es lo ocurre padre? - Preguntó serio.
- Quiero saber el por qué van a donar esa cantidad de dinero a una academia de baile - Mencionó cabreado.
- Hoy era el último día para realizar la deducción de impuestos, por lo que teníamos que elegir
