El líquido que tenía el vaso de alcohol que Sean sostenía en sus manos, comenzaba a acabarse conforme lo acercaba a sus labios. Después de haberse servido más de seis vasos, el empresario perdió por completo la cuenta.
- ¿Quien mierda era ese hombre? - Musitó furioso al recordarlo.
Aunque Jade lo hubiera exasperado de formas inimaginables, Sean no iba a dejarla sola en la carretera, por lo que intentó perderse de la vista de la castaña para que ella no notara que él seguía ahí. Durante la media hora en la que estuvo observándola, se estuvo debatiendo el ir a hablar con ella y subirla de nuevo a su auto, pero cuando estaba a punto de hacerlo, sus ojos notaron como un auto se estacionaba cerca de Jade y de el salía la misma persona que había visto parado enfrente de la cafetería.
Todo s
