Narra Amelia. Nos levantamos muy temprano, tan temprano que ni siquiera ha salido el sol. Alessandro ya estaba hablando por teléfono con su beta. Caminaba mientras la tensión lo dominaba, al parecer su asistente sufrió un pequeño accidente y se fracturó la pierna, no llegará al trabajar por unos días. En ese momento me levanté y me puse frente a él. — Puedo reemplazarla mientras ella regresa. Además no tengo algo mejor que hacer —le dije. —¿Estás segura?—me preguntó. —Estoy segura de que puedo arreglármelas. —De acuerdo, realmente me vendría bien tu ayuda. Me siento terrible poniéndote en está situación. Se supone que debes estar descansando—mencionó. —No te preocupes, después tendré tiempo para descansar—le dije dándole un beso en los labios. Después nos comenzamos a vestir para i