Luego de haberse dejado llevar por la pasión, ambos salieron muy sonrientes del pequeño cuarto de aseo. —¿Qué te parece si te duermes hoy en mi apartamento? —Me parece genial, solo que hay que pasar por la casa de tu madre para recoger ropa. —Pues, si deseas podemos irnos ya. — dijo Luca realmente ansioso, nunca le había gustado tanto pasar el tiempo con alguien. —Me parece bien, sabes no he podido dar los regalos que compré ayer en el centro comercial, creo que los dejé en tu casa, ¿podemos pasar antes a recogerlos y luego irnos por mi ropa? Porque creo que no saldré de tu casa — dijo con una gran sonrisa en su rostro y Luca sonrió también feliz. —Pues andado, ve por tus cosas y yo por las mías, y cuando esté listo, paso a recogerte a tu oficina. —April lo beso, antes de entrar