CAPÍTULO DIECIOCHO Riley estaba en su ventana de hotel mirando a Seattle cuando su teléfono sonó. Se sintió desalentada cuando vio que la llamada era de su casa. Pensó que probablemente había algún problema. Cuando se había ido, Jilly había estado muy inestable en su transición a convertirse en otro m*****o de la familia. Riley había estado preparándose para la posibilidad de recibir malas noticias desde su llegada a Seattle. Le molestaba sentirse así. Se preguntaba si algún día llegaría a anhelar recibir llamadas de casa. Y, efectivamente, tan pronto como Riley contestó, la voz de Jilly dijo: “Tienes que sacarme de esa escuela”. Riley casi gimió en voz alta, pero se quedó callada por un momento. En el teléfono, solo escuchaba el sonido de un televisor en el fondo. Finalmente, Riley d