CAPÍTULO DIECISÉIS Las dudas de Riley se desvanecieron en un momento terrorífico. Esta mujer tenía que ser la asesina que estaba buscando. Y tenía que detenerla en este mismo instante. Riley alcanzó sus esposas. “Maxine Crowe, está arrestada. Por intento de asesinato”. Los ojos de Maxine se abrieron. “¿Por qué cosa?”, dijo. “Me escuchó. Asesinato. Usted también será responsabilizada por la muerte de tres víctimas. Y fui testigo de este intento”. La sonrisa de Maxine se ensanchó. “Déjame mostrarte algo”, dijo. Se subió su manga izquierda. Riley se sorprendió al ver que tenía un puerto de inyección en su brazo. Luego desconectó el tubo IV del puerto de la mujer dormida y lo insertó en el suyo. Apretó el botón varias veces. Riley no podía creer lo que estaba viendo. El líquido de la