Aran vio los cabezasos de la menor desde hace un rato, en cuanto dejó su taza vacía llamo su atención. Roma vio comparan con dificultad pero aparente costumbre, levanto a la niña y pidió silencio. —iré a acostarla. —¿y su niñera? —debe estar dormida, pasan de las 23 hrs... Roma entonces miró su reloj y asintió, hacia mucho tiempo no estaba tan relajado, a veces se daba cuenta de lo que las personas pensaban de él, había perdido su esencia, la persona que aran conoció había desaparecido, ahora perseguía a aran pero era quien lo había hecho cambiar. Por curiosidad fue detrás de aran al instante que lo vio desaparecer. —no quiero... Si duermo se va a ir. —él tiene su propia casa, además puedes verlo otro día. —no tiene una casa. —claro que tiene una casa. —insistió aran. —¿no se pu