Salí lo más rápido del restaurante y fui al estacionamiento, ahora mismo tengo que ir a hablar con un abogado para poder proceder con el divorcio, no es tan complicado, el contrato está aquí y solo tiene que cumplirlo y cualquier abogado lo hará por una buena cantidad de dinero. –Irina. Me detuve cuando escuché mi nombre, antes que me diera la vuelta ya sabía de quién se trataba, por desgracia conocía cada parte de Collin, el sonido de su voz, su aroma, la forma de su rostro, el número de lunares que tiene en la espalda y la forma que abre la boca al dormir, aunque no espere que viniera a buscarme, seguro el señor Fritz debe estar furioso y lo está presionando, nunca contradice a su padre, eso también lo sabía. –¿Qué haces aquí, Collin? –¿Qué hago yo? ¿Qué haces tú? –dudó –. Te he