A la mañana siguiente pensé que haberme encontrado con Jason y toda la locura de su esposa fallecida y que ahora somos vecinos fue una alucinación. Me convencí a mi misma de eso, hasta que abrí la puerta y mire a Jason saliendo de su apartamento, confundida y sin saber que hacer volví a entrar a mi departamento y cerré la puerta. No había sido un sueño y Jason Lynch era mi vecino, tomé aire y espere al menos veinte minutos más, sabía que llegaría tarde a la reunión con las chicas, pero no iba a hablar con Jason. Me apresuré para llegar a mi auto donde el chófer me estaba esperando y me llevó hasta el salón donde será la fiesta de girasoles. –Llegas tarde, Irina –me reclamó Diane. Por culpa de tu hermano, tenía ganas de decirle, pero no lo hice por obvias razones. –Me levanté un