Los rayos de sol asomaron por la ventana, ¿ya había amanecido?, ¿a qué hora había ido a dormir? Seguro que no muy tarde, agh, ¿por qué me dolía tanto la cabeza? Y mi garganta estaba terriblemente seca. Me senté en la cama, todo era tan confuso… Me estiré y abrí el cajón de la mesilla para tomar un coletero. Hoy sin duda, tomaría el sol desde la mañana hasta la noche, suspiré y agarré las puntas de mi cabello. ¿Estaba de broma?, ¿dónde estaba?, ¿qué había pasado? Me levanté de la cama y corrí hacia mi baño personal, miré hacia el espejo y ahí me vi, mi pelo estaba… no estaba. Me senté atónita en la taza del váter. ¿Qué me había pasado, cuándo había hecho esta catástrofe y sobre todo como pude dejar que lo…? —¿Qué significa esto? —en el suelo, localicé lo que restaba de mi cabello