Narra Megan. Mis pies se movían muy rápido, miré hacia la puerta de mi cabaña increíblemente agradecida de haber llegado. Gemí y dejé que mi cabeza se hundiera en mis manos. La mañana estuvo manchada y confusa, pero una cosa que sí sabía era que había un anillo en mi dedo y muchos agujeros en mi memoria de la noche anterior. Había estado recostada encima de Maycol babeando en su pecho. Me avergoncé al instante, preguntándome qué podría pensar él de mí, pero luego me aparté y me di cuenta de que varias cosas estaban mal. Había sido lo suficientemente consciente durante nuestra cita s****l para saber que me iba a despertar sintiéndome bien, pero esperaba estar medio desnuda y parcialmente en mi vestido de cóctel o al menos en ropa interior considerando que recordaba haber salido a buscar