PV GABRIEL Montserrat se detiene en su pequeña sala, se gira, cruzando de brazos me mira de pies a cabeza y yo solo deseo abrazarla y besarla, pero al parecer ella no. —¿De verdad vienes llegando de tu viaje? —Fruncí el ceño ante su pregunta. —Claro que sí, ¿por qué lo dudas? —Montse se mordió el labio como para evitar responder, pero luego descruzo los brazos y me miró desafiante. —Porque pensé que estarías muy ocupado con alguna de tus conquistas. —¡¿Qué?! ¿De qué estás hablando? —No me quieras ver la cara, me dijiste que tenías que irte a trabajar y confíe en ti, pero en una de las llamadas escuché a una mujer hablándote y diciéndote que debían irse. Mira Gabriel, una vez te dije que no quiero sufrir, así que lo mejor será terminar con lo que teni… —no la dejo terminar de ha