Miro con atención mi imagen frente al espejo, precisamente hoy no es un buen día, no me siento bien. Jacob y yo salimos en unos minutos para la casa de su padre, es la conmemoración de los 10 años del fallecimiento de la madre de Jacob y voy solamente porque se lo prometí y porque lo vi muy mal ayer. Aiden me ha llamado para preguntarme si quiero que me acompañe a hablar con Jacob, no quiero contarle, por ahora. Así que no le he devuelto la llamada. Ayer, mientras escuchaba a Jacob, me di cuenta de que yo no soy nadie para hacerlo pasar por esto, otra vez. Soy consciente que mi enfermedad no puede ocultarse fácilmente y Aiden no va a estar eternamente a mi disposición, es verdad que he encontrado en él un excelente amigo, pero no puedo cargarlo con mis penas. Además, los médicos siguen b