CAPÍTULO 11

1218 Words
SANTINO LEWIS Completamente inmovilizada tengo a la mujer que logra mandar lejos mi cordura. Su olor corporal es como un paseo por un lugar lleno de flores. Odio las flores, pero no niego su aroma. Esos ojos grises me observan detenidamente y caigo en la trampa de dejar un beso en sus párpados. -Sei la cosa più bella che abbia mai visto.- porque lo es. Su cuerpo es una completa obra de arte. Cada facción parece ser tallada con delicadeza. Ebba Fischer tiene esa belleza única e incomparable. -yo también te odio- espeta y me pierdo en su boca rosada. Ya la besé pero se siente como si jamás lo hubiese hecho. -si fueras mía..- lleno de besos su mentón. Con una mano puedo inmovilizar sus brazos. -pero no lo soy- habla secamente. -soy de Fede..- muerdo su cuello y me gano un grito de dolor combinado con placer. -no lo nombres jamás en mi presencia- Sus pezones se han puesto duros y como el mendigo que soy me prendo de ellos pasando la lengua por esos puntos rosas que se tornan oscuros en cada atención que le doy. Su cuerpo cede y poco a poco suelto el agarre de sus brazos y seguir deleitándome con las tetas de la mujer que me pone duro. Un gemido escapa de su deliciosa boca, me prendo de esta para que cada sonido muera en mis labios. Deslizo la mano libre a su coño y me deleito al saber que está húmeda. Solo para mí. Acaricio su abertura y vuelve a jadear. Ebba cae ante la lujuria y calentura del momento porque rodea mi cuello y entierra las uñas en mis hombros. Me suelto de su boca para chupar su labio inferior. -sabes que te gusta- jadea cuando un dedo se pierde dentro de sus piernas y me absorbe tan bien que la vga me duele demasiado. -no lo puedes negar- beso su mejilla. Mantiene sus ojos cerrados y abre los labios al sentir el movimiento de mis dedos. Todas caen y Ebba Fischer no es la excepción. -¿Te gusta?- acelero el movimiento de mis dedos. Su cuerpo se arquea y gime más fuerte logrando que me duelan mas la bolas. -San..- -mira como chorreas principessa. Me estas bañando los dedos- sus caderas se empiezan a mover intentando simular que es mi vga que tiene dentro. -San, carajo- toca mi pecho rasguñando fuerte. Saco los dedos palmeando su centro con fuerza y el hilo de humedad que chorrea me hace salivar. -pica- espeta jadeante. Su respiración es rápida. Beso su pecho y me deslizo a su cuello. Sus piernas tiemblan y es que negarle el orgasmo es tan bueno. Sonrío al saber que se rindió a mis caricias. Deslizo mi mano húmeda por su vientre y pechos hasta acabar en sus pecaminosos labios. Dejo rastros en su boca y me prendo de esta para devorar la dulzura de su coño. Abre sus ojos y observo vulnerabilidad en su mirada. -¿duele?- niega. Sus ojos se ponen vidriosos. La culpa la carcome en este momento. Me levanto dispuesto a marcharme. Necesita su espacio. Y yo necesito la atención de mi mano esta noche. -De ahora en adelante luego de la cena te quiero en mi habitación- cubre su cuerpo. Presiona sus muslos y juro por Dios que me muero por volver a probarla. Pero no ahora. -te odio- una lágrima se desliza por su delicado rostro. -me odiaras más Ebba Fischer- me inclino para tocar su cabello pero retrocede. -Lo que quiero lo obtengo y tú no eres la excepción. Llámame bastardo, arrogante, engreído. Lo que yo quiero lo tengo. Si ya te tuve una vez puedo volver hacerlo- -¡lárgate!- grita. -¡que te largues!- se levanta empujándome. Deja en segundo plano su desnudes. Sus ojos se ponen más vidriosos que me veo en la necesidad de limpiar sus lágrimas. -¡te odio! ¡te odio maldito bastardo! ¡muere! ¡vete al puto infierno!- me lleva a su puerta y abre. -pero te digo una maldita cosa. Podrás tener mi cuerpo pero no mi corazón, porque te odio- acaricio su barbilla. Su labio inferior tiemble. Una punzada extraña recorre mi cuerpo. -me conformo con eso- Me cierra la puerta en la cara. Suspiro llevando una mano a al cuello. ¿Qué estoy haciendo? ¿Es necesaria esta guerra? Por qué me estoy metiendo en este lío monumental. La respuesta surge al instante. Porque eres un maldito Bastardo Lewis. Caminando por los pasillo me detengo en la escalera al encontrarme con la persona que menos quería ver. -Federico- debería sentir culpa en este momento, pero no. Antes sonrío con su presencia. -Santino- lleva un vaso de agua. Seguro es para Ebba. -¿qué haces en el segundo piso? si mal no lo recuerdo, tú habitación queda en la planta alta- vine después de probar a tu mujer, pero sé que no puedo decir aquello. -tenía que verte- miento. -¿ah, si?- levanta una ceja. -pero grata fue mi sorpresa al enterarme que no duermes con tu prometida- su rostro se desconfigura y puedo ver cómo presiona el vaso. El sabor de su néctar aun lo tengo en la lengua. dolce -eso es algo que no te incumbe- mi sonrisa crece más al ver que no me niega que duerme con mi mujer. Como el gran bastardo que soy palmeo su hombro. -si no atiendes lo tuyo podrá buscarlo en otro lado- en mis brazos por ejemplo. -Ebba jamás me engañaría. Me debe lealtad- interesante. -a mi también me debes lealtad, pero aun así te metes con los capos que son inferiores a mi- me observa fijamente. Cree que no se sus pasos. Trafico de personas, me cree idiota para no saber en lo que está metido. -Es mejor que te muevas con cuidado Federico. Tu y tu padre se están metiendo en asuntos que ciertamente no les concierte- presiono su hombro. -y me están tocando los cojones- lo dejo solo. Ebba necesita ese vaso de agua. Me adentro en mi habitación. Tomo una ducha y me recuesto en cama. Me estoy metiendo en graves problemas. Lo sé, pero esos problemas saben tan bien. Mi celular vibra. -si- -Rivas no contesta las llamadas, hubo una masacre en su mansión- mierda. -Sabes si llegó a enviar los papeles de los terrenos- Matteo suspira. -no cumplió con el trato. Se perdió del mapa- merda. Me pongo de pie y me alisto a tomar mi traje. -quiero que busques a ese hijo de perra. Teníamos un trato y quiero mis terrenos ahora- -estoy en eso, pero estoy en la ciudad de King, no me puedo mover como me gustaría- ¡carajo!. -Cuelgo y empiezo a llamar a Salvatore- actual capo de la mafia de New York. Contesta al segundo tono. -qué- -necesito que le des paso a Matteo para encontrar a Rivas- y..- -No- cuelga. Acaso acaba de. Vuelvo a timbrar pero esta vez me envía un mensaje muy claro y concreto. -vete al diablo Lewis- puto King. PABARAS EMPLEADAS Sei la cosa più bella che abbia mai visto in vita mia: Eres lo más hermoso que he visto en mi vida. principessa: princesa dolce: dulce merda: mierda
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