SANTINO LEWIS
La mujer que debería mantener alejada se encuentra ahora sentada a mi lado con los brazos cruzados y severamente molesta. No dijo una palabra luego de subir, ni cuando le coloqué el cinturón de seguridad.
Matteo decidió sentarse en los últimos asientos. Claramente la idea de traer a Ebba no le agradó del todo. Y es la idea más absurda y descabellada pero tengo la satisfacción de saber que me vale mierda. La quiero a ella, aquí conmigo. Fin.
-Visitaremos París y otras ciudades y nos quedaremos en una de mis mansiones por un par de noches- sin respuesta.
Me acerco a su oído sintiendo la necesidad de provocarla.
-Allí podrás sentirte libre de caminar desnuda, porque di la orden de que nadie pisara el lugar. Algunas prendas de la tienda de lencería que compré para ti están en mi maleta. Tengo tantas ganas de verte en lencería blanca, coniglietto- la piel de su cuello se eriza logrando la reacción que tanto necesito. No le es indiferente la propuesta. Me parece bien.
Se voltea y sus ojos grises se han vuelto más oscuros provocando que mi polla se presione. Esta mujer logra alterarme.
-no soy tu puta. Si tenías ganas de coger, hubieras contratado a una ramera- sonrío llevando una mano a su barbilla.
Me reprimo al tocar su mejilla, porque las ganas de querer tocarla siempre me surgen.
No hay que desviar el propósito del viaje.
-No me acuesto con cualquiera- presiono su mandíbula. Una risa amarga tiñe su rostro de porcelana.
-y crees que yo si- aparta mi mano. Se quita el sombrero dejándolo pulcramente en su regazo. Es la cosa más horrenda que he visto en mi vida, pero vista en ella cambia descomunalmente. Todo le queda bien.
-Ya olvidaste que tu propósito era enredarme en tus redes. He tirado el anzuelo pero no quieres engancharte- una sonrisa brota de su apetitosa boca.
Juro que me la follaré como en años pasados. Y esta vez no acepto mierdas de mujer primeriza.
-Yo sé bien cuándo mover mis fichas, Santino. Roma no se construyó en un día- me reclino en mi asiento disfrutando del vuelo de 6 horas que me deja con una maldita erección porque este conejito se le apeteció comer fresas con cremas y la crema batida me hace pensar cosas muy obscenas.
Una mirada de mi parte puso a mis hombres a mirar en otra dirección.
Cuando bajamos del avión un auto blindado nos recibe en la pista. El sombrero de Ebba vuela lejos. Tomo su mano mientras la ayudo a subir al auto.
-mis hombres se encargaran- nuevamente me niega la palabra. Al llegar de noche aún queda un par de horas más de viaje. Al llegar a una de mis mansiones dejo que los hombres descarguen el equipaje.
Doy señal para que despejen todo. Matteo es el primero en dar algunas rondas. Sabe lo que haré con Ebba.
Subo a la habitación principal que está decorada de forma rústica. El sonido de los tacones de Ebba resuenan y no espero ningún segundo para despojarla del vestido que vuelvo añicos en cuestión de segundos. No aguanto más.
Suelta un suspiro de sorpresa. Presiono su apetitoso culo y la acerco a mi pecho deleitándome con el olor de su perfume. Sus manos presionan mi pecho.
Un quejido brota de sus labios pero devoro embriagándome con el sabor de la boca que me insta a meter mi lengua y seguir consumiendo el deseo y hambre que le tengo a esta mujer.
Me separo solo para hacer añicos el sostén que cae al suelo y desaparece. La vista perfecta de sus tetas es lo primero que percibo y llevo una a mi mano presionando fuerte, logrando que otro gemido escape de los labios de mi conejito.
-quiero que en este viaje olvides tu pasado- pego mis labios a su oído. Avanzo lentamente hasta llegar a la cama.
-olvida lo qué eres y déjate arrastrar por el placer que ambos anhelamos. No te vas a cohibir y yo no voy a detenerme- se separa para intentar mirar mi rostro y puedo ver la lucha interna que está teniendo en estos momentos. Deslizo una mano en el recorrido de su espalda.
Mis ansias de tocarla son más grandes.
-Ebba- susurro su nombre y siento como se estremece en mis brazos. El olor de su perfume envuelve más mis sentidos y mi vga crece más, por eso presiono mi cintura a su abdomen para que entienda de una vez lo que le provoca a mi cuerpo.
-Hagamos que esto sea como aquella noche en el bar donde nos vimos por primera vez. Donde te hice mía y borré de tu cuerpo la pureza- su mirada se endurece en cuestión de segundos. Noto que algo cambia dentro de ella porque cualquier atisbo de negación desaparece de su rostro.
Su mano se cola debajo de mi abrigo y en cuestión de segundos lo quita de mi cuerpo para estar pegados piel con piel. El calor de su cuerpo es como un puto imán.
-si. Que sea como aquella noche- desliza su mano por todo mi pecho.
-hazme recordar por qué decidí quedarme- me voltea empujando mi cuerpo a la cama en la cual me siento recostando los codos y observando como Ebba se quita la última prenda de su cuerpo. perfetto
Es como una maldita diosa de cuerpo apetecible. Si tiene alguna imperfección no se nota, no se distingue y el que la encuentre no vivirá para contarlo.
Aparta su cabello y camina sin perder la conexión de nuestras miradas. Cualquiera ya hubiera bajado la cabeza porque el simple hecho de mirarme equivale a una muerte segura.
Pero con esta mujer dicha palabra queda en el olvido porque juro por Dios que soy capaz de matar a quien ose hacerle daño.
Ebba se arrodilla deslizando las palmas de sus manos por mis muslos y no baja la mirada ni cuando desabrocha y baja el cierre de mi pantalón, liberando la vga que está más que lista para ser atendida por esta mujer.
Besa la punta y sonríe. Me rodea con su pequeña mano y solo baja la mirada para ver lo que está a punto de devorar.
-como en el bar- espeta metiéndome en su boca y pasando la lengua por toda la extensión. La imagen es una puta obra de arte, desearía poder tomar una foto de ella chupándomela pero soy tan mezquino que quiero ser solo yo el dueño del tesoro.
Escupe y me baña volviendo a intentar engullir pero como en años pasado, fracasa. Tomo su cabello en una coleta improvisada.
-abre y saca la lengua- lo hace logrando que casi me corra con la imagen. Mierda.
Tomo mi polla y bajo su rostro. Hago una mueca cuando siento nuevamente el calor de su boca.
-ahora solo traga. Vamos bebé, quiero sentirte- la sensación es única, entierro más fuerte logrando que haga arcadas. Entierra las uñas en mis piernas y no aguanta ni 5 segundos porque se libera de mi garras e intenta retroceder.
Jamás.
Rodeo su cuello volteándola en un solo movimiento. Su delicado cuerpo toca las sábanas y esta vez me coloco encima dejando besos húmedos por su cuello y pechos. Presiono más fuerte sus muñecas.
-sei una fottuta fantasia-
Traducción
sei una fottuta fantasia= eres una puta fantasía.