Mientras Elian, Lirien y Lyra continuaban su viaje hacia el Abismo de la Eternidad, no se dieron cuenta de que estaban siendo observados. El señor oscuro, enterado de sus planes, había enviado a su ejército para emboscarlos y robarles el dinero que habían recolectado.
De repente, mientras viajaban por un estrecho desfiladero, fueron rodeados por una horda de soldados armados hasta los dientes. Elian, Lirien y Lyra se miraron entre sí, sabiendo que estaban en grave peligro.
"¡Prepárense para luchar!", gritó Elian, desenvainando su espada.
Lirien y Lyra se aprestaron para la batalla, con sus propias armas en mano. La lucha fue intensa y feroz, con los tres amigos luchando por su vida contra el ejército del señor oscuro.
Pero a medida que la batalla continuaba, Elian, Lirien y Lyra comenzaron a cansarse. Habían viajado durante semanas y no habían descansado lo suficiente. Los soldados, por otro lado, parecían tener una reserva infinita de energía y armas.
A pesar de su valentía, los tres amigos comenzaron a lastimarse. Elian recibió un golpe en el hombro, Lirien se cortó la mano con una espada enemiga y Lyra se golpeó la cabeza contra una roca.
Pero no se rindieron. Con una determinación férrea, continuaron luchando, sabiendo que debían proteger el dinero que habían recolectado para llegar al Abismo de la Eternidad.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, lograron repeler al ejército del señor oscuro. Estaban exhaustos, lastimados y cubiertos de polvo y sangre, pero habían sobrevivido.
Y, milagrosamente, habían logrado mantener la mayoría del dinero que habían recolectado. Era un pequeño consuelo, pero les daba la esperanza de que todavía podían lograr su objetivo.
"Estamos vivos", dijo Elian, con una sonrisa débil.
"Y todavía tenemos el dinero", agregó Lirien, mostrando la bolsa de monedas.
"Entonces, seguimos adelante", dijo Lyra, con determinación.
Y los tres amigos continuaron su viaje, más fuertes y más unidos que nunca, hacia el Abismo de la Eternidad y su destino.