Luego de retomadas las labores en el Emporio Dietrich, inmediatamente empezó la jornada de trabajo, Alice se dirigió al departamento de recursos humanos. Era un día de frío particular, y era que a pesar que habían cesado las nevadas, las heladas eran más grotescas que la nieve que se acumulaba en las calles, no obstante, eso no detuvo a la asistente de relaciones públicas a pedirle a Albania Rodríguez un favor. — ¿Recuerdas la petición que te hice unas semanas atrás, Alba? — ¿Tus vacaciones? — Sí...—, dijo Alice en un tono casi de súplica. Salir de la empresa al menos por quince días era una urgencia para ella, ya fuera para despejar su mente, o para buscar alguna escapatoria. Albania se tomó todo ese día para tramitar las vacaciones de Alice, mientras tanto ella se comía la cabeza par