Me quedo inmóvil, imaginando tantas cosas con Chris. Mejor me siento y trato de asimilar toda la avalancha de acontecimientos desde que los chicos llegaron a casa. Tomo mi diario y me siento en el escritorio para escribir y aclarar mis sentimientos.
"Querido diario, si alguien te encuentra -ya sea porque me abduzcan los aliens o simplemente alguien decida leerlo-, debes conocerme. Mi nombre es Yang Areum, soy la hija menor de una familia de clase media alta. Tengo 24 años, casi 25. Mi hermano Jeongin (I.N.) es m*****o de una banda coreana compuesta por otros siete chicos; él y yo nos llevamos apenas poco más de un año, pero siempre me trata como si fuera una niña de cinco. Creo que le ha afectado ser el menor de la banda, y por eso me cuida como lo cuidaban a él cuando debutó.
Quizás te preguntes, querido lector, ¿por qué tanto detalle?
Bueno, necesitas saber cómo llegamos a este punto. Primero, conocí a los chicos antes de su debut, y desde entonces también a Chris (o Bangchan, o Chan). Siempre tuvimos una relación de respeto, pero llena de diversión.
Con el paso de los años, ellos se hicieron cada vez más famosos, y dejé de ver a I.N. seguido.
Una de sus visitas más largas fue cuando cumplí 18 años. Todos estaban felices de tener un motivo para reunirse, y pudimos ir a Australia a conocer a las hermanas de Felix y Chris. Ese viaje me unió más a Chris, pero solo como amigos. Después de eso, nuestra relación volvió a ser como siempre.
Sin embargo, hace una semana todos los chicos se reunieron en mi casa otra vez. Ver a Chris se sintió diferente esta vez; parecía más... hombre. De repente noté su espalda ancha, el grosor de su voz, lo agradable de su risa, lo fuerte de sus brazos, y tengo que ser honesta: empecé a observarlo más de la cuenta. ¡Pero solo como un gusto culposo! Juro que no tenía ninguna otra intención.
Sin darme cuenta, empecé a coquetearle. Para mi sorpresa, él lo recibió bien; pensaba que me iba a reprender, pero en cada acercamiento encontré una respuesta positiva. Pausa: no piensen mal de mí. Chris siempre ha sido coqueto y sutil, así que nunca pensé que las cosas escalarían... ¡hasta besarnos!
¿Cuenta esto como besar a un hermano? ¡No! No se sintió así; se sintió bien. Fue como probar algo que nunca habías probado, pero que siempre habías necesitado sin saberlo.
Siento que estoy jugando con fuego, y es difícil resistirme. No sé qué hacer.
Voy a hacer una lista de pros y contras.
Contras:
1. Puedo perder una amistad de años.
2. Mi hermano podría enterarse.
3. Si se entera, me mata a mí... y lo mata a él.
4. No sé cómo reaccionarían mis padres.
5. Podría fracturarse la dinámica de la banda.
Pros:
1. El cuerpo de Chris es increíble.
2. No tengo dudas de que sabrá guardar el secreto.
3. Él se irá pronto, y podríamos fingir que no pasó nada.
4. Y, para ser honesta, su cuerpo es increíble."
Pensándolo bien, son muchas contras... no debería hacerlo. Pero quiero hacerlo.
Cierro mi diario y me dejo caer en la cama. Necesito dormir para pensar mejor en todo.
Oigo a lo lejos el sonido de la puerta. Intento no prestarle atención y seguir durmiendo, pero el sonido de risas y voces me despierta. Los chicos han llegado y, por el bullicio, deduzco que han bebido más de la cuenta porque escucho varios golpes torpes contra la sala.
Bufo. ¡Cómo son de escandalosos! No puedo evitar renegar en mis adentros y poner los ojos en blanco con dramatismo, intentando que no se note la envidia que me corroe. Yo también debí haber llegado cayéndome de borracha. Hago un puchero ante la idea.
Qué delicioso hubiese sido comer una rica barbacoa con soju.
-¡Ayuda! -el grito de quien parece ser Hyunjin me saca de mis fantasías culinarias.
Bajo a la sala y me encuentro una escena de caos.
Felix tirado en el sofá con Changbin, Seungmin encima de una maceta (mi mamá lo va a matar), I.N. tirado en el piso con Han y Lee Know encima de él, y, por último, pero no menos lamentable, Hyunjin siendo rescatado por Chris, quien lo ayuda a no perder el equilibrio. Nuestros ojos se encuentran, y me da una pequeña sonrisa, cómplice y cansada.
Parece estar sobrio. Lo cual tiene sentido y al mismo tiempo es triste; él siempre ha tomado la responsabilidad paternal de los chicos, pero era su cumpleaños. Alguien más debió asumir la responsabilidad al menos por hoy. Siento lástima y culpa, porque justo uno de esos egoístas es mi hermano.
-¿Te ayudo a llevarlos a sus habitaciones? -le ofrezco, un poco apurada por la situación.
-Por favor, sería de mucha ayuda, Areum -me sonríe. Pero esa sonrisa me trae recuerdos de sus besos, y siento mis mejillas arder. Además, el aire se carga de una tensión electrizante, porque, aunque estamos acompañados, nadie más que nosotros dos estamos sobrios y despiertos.
Uno por uno, ayudamos a los chicos a subir las escaleras y acomodarlos. Cuando terminamos, ambos estamos agotados, y de alguna forma terminamos sentados juntos en el borde de mi cama, riéndonos en voz baja de todo el caos.
¿Por qué tienen que ser tan pesados? Milagrosamente, los ruidos no despertaron a mi mamá, que le cuesta conciliar el sueño.
Suspiro.
-Bueno, misión cumplida. ¿Ahora qué? -pregunto, intentando que mis palabras suenen casuales.
Chris me mira con expresión divertida. Nos miramos un segundo y veo sus ojos dirigirse a mis labios; me quedo sin aliento al percibir el deseo en su mirada y cómo pasa saliva. Es como si se estuviera conteniendo, pero su mirada delata sus pensamientos.
-Creo que es mejor que me vaya -dice, negando con la cabeza, como ahuyentando sus pensamientos.
Me siento un poco decepcionada y no sé qué decir.
Se levanta de la cama y sale de la habitación. Aviento la cara a la cama, ahogando un grito.
¿Qué esperabas, Yang Areum?
Empiezo a patalear, buscando arrancar la ansiedad y los nervios que se acumulan en la boca de mi estómago. Me siento en la cama de un salto, y el foco de mi cabeza se prende.
Hoy es su cumpleaños, y no le di ningún regalo. Yo podría...
"Sí, Areum, busca un pretexto" me recrimina mi consciencia.
Bueno, solo se vive una vez, así que lo haré bien.
Me meto a bañar rápidamente y me pongo un poco de loción. Escojo una playera oversize que me llega a la mitad de los muslos y debajo solo me dejo puesta un panty de encaje y muy pequeño. Me miro al espejo, me veo fresca, y mi cabellera larga y oscura me da un aire sensual; sonrío orgullosa.
Querida consciencia, debo pedirte perdón por anticipado y pedirte que, si eres sensible, te tapes los ojos, porque las cosas se podrán sucias.