—¿Pero cuando fue que lo supo?—me pregunta Eimy muy emocionada. Prácticamente salí corriendo del trabajo. No me quería topar nuevamente con Eduardo creo que no estaré lista para eso de nuevo. Pero eso si necesitaba hablar con alguien y una de mis amigas enseguida llegó a mi casa. —Creo que desde el primer día y que además había muchísimas coincidencias—comenté bebiendo de mi taza de café. Es sumamente relajante en estas situaciones para mí. —Estás en serios problemas—murmuró sonriente—. Por lo que me has contado es evidente que entre ustedes dos hay química y mucha—responde asintiendo. Sí, es cómo volver a recordar nuestros besos y encuentros... Es que están siempre es mis pensamientos. —Es que yo no puedo permitirme que esto pase a mayores. ¡Mírame a mí! Y míralo a él—exclamé negando