Ayer pensé que todo iba a transcurrir fenomenal pero bonita sorpresa me lleve yo con Daniel. Todavía no he podido hablar seriamente con él. Y hoy llegué a la oficina temprano para ir a su área y así conversar a solas sobre lo nuestro, que obviamente sólo tengo con él una linda amistad. Nada más... Saludo a todas las personas que están en recepción sin darles mucha importancia. Y voy directo a dónde se encuentra Daniel. Y para mi suerte está afuera de su oficina. —Daniel ¿Cómo estás?—pregunté a una distancia prudente. Él sin embargo me ignora completamente y entra a su oficina. Evitó rodar los ojos y lo sigo sin pronunciar una sola palabra. —¿Necesita algo del trabajo señorita Rodríguez?—preguntó sentándose y sin mirarme. ¡Ay! Cómo me choca que se comporte así conmigo. —Sabes muy b