Después que él salió de la oficina me dirijo directamente a buscar a mi amigo con toda prisa. Tengo que salir de aquí cuánto antes. Siento que no podré con todo esto y más si lo tendré así de cerca como fue el pequeño encuentro en esa oficina. Observo que Daniel está platicando con una de las secretarias y me acerco a él con cuidado. —¡Daniel tenemos que irnos!—exclamé desde que llegue. —¿Qué? Tan rápido—susurró sorprendido. Él mira a la joven con una sonrisa preocupada y luego dirige su mirada para dónde mí. Daniel me indica con la mirada que saludé y evito rodar los ojos. —Hola, un gusto conocerte pero mi amigo y yo tenemos que irnos ahora—digo puntualizando la última palabra y abriendo un poco más los ojos. —¿Amigos?—preguntó la joven muy confundida y mirando con mirada acusadora