Eduardo y yo no logramos vernos anoche, se disculpó conmigo porque tenía una cena familiar de hecho me invitó pero ya saben mi respuesta. No estoy preparada para eso. Y pues, hoy tampoco pudimos cenar ya que él tenía asuntos de trabajo y yo tenía que salir con mis amigas. Pero no he dejado de pensar en él y menos después de que lo pasó en la oficina. Después que salí de allí sentí una vergüenza no suelo perder la cordura en realidad nunca lo hago pero con Eduardo todo ha sido diferente y me gusta. Voy a mi habitación y observo lo que había comprado que es exclusivamente para Eduardo. Es una lencería muy sexy de color n***o, pero no he tenido la oportunidad de enseñársela por una u otra razón. Mi celular suena y leo un mensaje de Eduardo. Eduardo: Hola preciosa. ¿Qué haces? Sonrío cóm