Pasadas unas semanas, Rumina se había marchado a la India, dónde tenía una exposición de arte muy importante, dicha exposición es para recaudar fondos suficientes para los niños del África, mi hermana siempre con su afán de ayudar a los demás, yo no he vuelto a hablar con Kemal desde el día que lo terminé y el baboso de Emir aún sigue aquí arrimado en casa, puse en pausa la búsqueda del tal gavilán, ya que se lo prometí a mi hermana, no renunciaré a encontrarlo pero por ahora todo está en quietud, he estado más cerca de papá de lo acostumbrado, quiero descubrir si de verdad es una víctima o un victimario, en estos días me han llegado muchos casos, estoy llena de trabajo y no tengo tiempo ni para mí. Mientras almorzaba en la oficina, recibí la llamada de Rumina —Hola Rumina ¿cómo te va