Me desperté como nueva, me sentía renovada, ya no me dolía la cabeza.
Me desperese como un gato bajo la cálida luz del sol, sentí que pude haber dormido por horas por el grado de relajación y energías que tenía, de verdad que esa pequeña siesta y el analgésico me fueron de mucha ayuda, sin pensarlo dos veces me levanté de la cama, está vez pausadamente y tomándome mi tiempo para apartar las sábanas totalmente de mis piernas.
Una vez en pie camine al baño para así poder empezar con mi ritual antes de vestirme
Era muy perezosa cuando se trata de tener que vestirme y todo eso, tardo horas entre bañarme vestirme, peinarme y todo eso, no era fan de maquillarme ya que me fastidiaba ese pegoste en el rostro, además que la mayoría de los cosméticos me hacían daño y el solo echo de pensar que las industrias cosméticas experimentaban con animales para dichos productos me enfermaba, pobres animales, lo que tienen que pasar para que una tenga que realzar su belleza, si de por sí todas somos bellas no entiendo porque hay que estarse echando tantas cosas en la cara para eso, entiendo que a veces hay ciertas imperfecciones que hay que tapar, como en el caso de las ojeras, pero de ahí a tener que transformarse el rostro en otra persona para querer estar bonita me parece ilógico.
Me tome mi tiempo, lave mi cabello no sé ni cuántas veces, luego envolví mi cabello en una toalla y mi cuerpo en otra, así que salí con la determinación de arreglarme lo mejor posible para enfrentar a esa horda de periodistas que seguro me iban a querer comer viva, estaba en la mira de todos, era la única hija del empresario más grande del país, y era por consiguiente la heredera a todo ese imperio multimillonario, pero ya se había corrido el rumor de que yo, la hija multimillonario Ben Nara, no quería tomar posesión del imperio de su padre así que todo apuntaba a que algo se estaba cocinando a fuego lento en la familia y los periodistas querían saber que era.
Esta nueva, ¿Cómo decirlo? ¿ Sensación, forma o manera? De ver las cosas (literalmente hablando) era extraña sin mencionar diferente, porque a decir verdad aún seguía ciega no del todo pero seguía estando ciega digamos que recupere la vista un 25% y ese pequeño porcentaje está acompañados por sombras y siluetas, así como si estuvieras en Una cueva oscura y solo te acompaña una pequeña vela que casi se extingue. Donde solo puedes ver las sombras de lo que está a tu alrededor, algo así me siento yo, con la diferencia de que no es una cueva, sino que es mi habitación y mi casa y por suerte se donde queda cada cosa por muy pequeña que sea.
Se que mi habitación está iluminada en su máxima expresión pues las ventanas que dan a la parte trasera de la casa están abiertas.
Me quedé de pie en la puerta del baño adaptando mi vista a todo mi entorno, es excitante e inquietante a la vez, lo sé, estoy loca ¿pero que le voy hacer? Si no puedo luchar contra la corriente es mejor unirme a ella.
Quien sabe, a lo mejor y me consigo en el camino a POSEIDON el dios de los mares y me haga el milagro de devolverme la vista.
Cualquiera pensaría que estoy loca, o en un estado de transe si me viera ahí parada como una tonta.
Achique un poco los ojos (como si así pudiera agudizar más la vista) para cersiorarme que todo estaba como debería el escritorio en su lugar, los estantes de libros, mi cama, en diván frente a ella, alguien en el diván, un pequeño mueble más allá....
Espera, ¿alguien en el diván?, mi sangre se congelo en ese momento, mi reacción fue aferrarme más a la toalla al rededor de mi cuerpo como si mi vida dependiera de ello, aunque pudiera ser mi papá o Samanta que no se a dado cuanta que salí del baño.
"Calma, no te alteres, has como si no viste nada" me digo a mi misma.
Bueno no es que haya visto mucho solo la sombra y se que hay alguien porque en el momento que camino en dirección a mi cama veo como la figura se levanta pero, no dice nada, no hace más nada, solo se queda ahí de pie.
Me siento en la orilla de mi cama con el estómago echo un nudo por el miedo, no se quién es y mucho menos que hace aquí, seguro ni Sam ni mi papá saben que a entrado porque, ellos saben muy bien que a mi habitación no de se entra sin permiso escepto por ellos, así que mi pregunta del millón es ¿QUIEN ESTA EN MI HABITACIÓN COMO UN ESTÚPIDOS FANTASMA?, En definitiva tengo que averiguar quién ese ¿ Pero como?
A ver, piensa, piensa, "ah, ya se tal vez si me desnudo, y veo que se da la vuelta pueda que sea mi papá que entró y no se dio cuenta que salí del baño y para no asustarme, porque cree que no lo es visto prefiere quedarse en silencio.."
Se burla mi conciencia
" A ver estúpida cual es tu plan? Porque si sigo en la orilla de la cama y con el aire que entra por la terraza me vana dar ganas de hacer pipí y no me quiero mover de aquí sin saber quién es esa enigmática figura"
"Ya, buen plan pero ¿con cuál teléfono? El mío que perdí en el accidente o ¿El tuyo?
Me arme de valor y fui al diván que estaba el final di mi cama, guiada por la orilla de la cama como si temiera a caer y ella está ahí para socorrerme, la alfombra amortigua mis pasos por lo tanto también los del "sujeto", una vez llegado a mi destino me quito la toalla de mi cabello sutilmente y la tiró a un lado en dirección al "sujeto", no hace nada solo se queda ahí, ya a estas alturas se que no es mi papá y menos Sam.
¿ Quien es, quien es? Esa pregunta hace eco en mi cabeza.
Siento el vestido en el diván lo tomo y me encaminó de nuevo a la cabecera de la cama, y me siento en ella. Una ráfaga de aire cuela por la terraza y me llega el perfume masculino a mis fosas nasales ese perfume lo reconozco, es él, mi estómago se contrae de los nervios, mis piernas parecen que la poseyeron las gelatinas.
No puede creer que esté en mi habitación el muy descarado, ¿ahora qué hago? Sigo fingiendo que estoy ciega o lo enfrentó creo que los únicos con el conocimiento de mi condición está en un círculo muy reducido a decir verdad, papá, Sam, mi doctor y obvio yo. Si sigo fingiendo que estoy ciego podría adivinar que mierdas quiere este idiota, pero si lo encargo también, no se que hacer.
Tampoco lo quiero cerca le tengo miedo, y más después de lo que me hizo, estoy marcada de por vida y por su culpa me da vergüenza que algún chico me pueda ver alguna vez desnuda no creo que pueda en algún momento de mi vida tener una relación íntima con alguien.
Tres toques en la puesta me sacan de mis pensamientos.
El idiota no se mueve de su lugar al contrario el muy descarado vuelve a sentarse como si yo le di permiso, pero esto se acaba aquí el sabe que no tiene permitido entrar a mi habitación.
— Adelante — digo con determinación, viendo en dirección a el miserable.
No volteo a ver a la persona que acaba de entrar, solo quiero que esté miserable se valla de una vez y si esta es la forma pues que así sea, soy la chica ciega e indefensa.
—Sam viene en un... No sabía que estabas acompañada — era Max quien había entrado, se escuchaba más frío.
— ¿ Que? No amor, No lo estoy, acabo de terminar de ducharme y estoy esperando a Samanta.
— ¿Y que que hace el en tu habitación? — pregunta evidentemente molesto.
— ¿Quien? Amor no me asustes ¿hay alguien aquí?
Claro que sí lo había, y Max se tuvo que haber dado cuenta que estaba fingiendo, porque yo nunca le digo Amor, nunca le he dicho así, así que tiene que darse cuenta que estoy actuando ¿Verdad?
— Tranquila bella, déjame resolver esto— se acercó a mí y plantó un beso en mis labios, si antes estaba como gelatina pues ahora parecía gelatina derretida, es nudo de mi estómago era ahora más grande ahora lo sentía en mi garganta, estaba muy nerviosa, mi doctor nunca me había besado, y se había dado cuenta que estaba fingiendo y se aprovechó de eso.
— ¿Quien eres, qué quieres y que haces en la habitación de mi chica? Y más te vale que hables de una vez antes de que te desaparezca.
¿Quee? ¿Su chica? Okey, definitivo se metió en su papel.
— hey hey, calma, solo vine a ver a Katerin, ya me iba.
— Aún No me has respondido — se escucho un forcejeo y un golpe en la pared, Max tenía a el imbesil contra la pared — ¿Quien eres y qué quieres con mi chica?
— ¿Tu chica? — se le notaba la burla en el tono de su voz.
— Me estás colmando la paciencia— Max se escuchaba realmente molesto.
Yo sólo podía quedarme sentada en la cama como una tonta sin hacer nada pero la verdad era que los nervios me estaban matando, que quería el en mi habitación si Max no hubiera llegado ¿ Que hubiera ocurrido? ¿Será que quería terminar con lo que empezó hace tiempo.?
— Solo quería hablar con ella, tenemos una.... conversación pendiente — su voz sonaba ahogada, Max lo estaba asfixiando
— ¿Y no podías esperas a que bajara al salón? ¿Tenías que invadir su privacidad y entrar a escondidas?
— Nuestra conversación es privada, no es algo que tenga que saber la prensa.
Este imbesil.... agradezco inmensamente que Max alla llegado porque que hubiera sido de mi.
— No te quiero ver cerca de ella nunca más ¿te quedó claro O te lo tatuo en la frente para que lo recuerdes siempre?
Un grito quedo ahogado en mi garganta cuando Max dijo eso. Mi corazón está desbocado, siento que se va a salir de mi pecho... ¿Será que? No no lo creo....
— Creo que no nos estamos entendiendo, quien no debería de estar cerca de ella eres tú, ¿Sabes quién soy?
— Por supuesto que se quien eres y por eso te lo estoy advirtiendo aléjate de ella, si no quieres amanecer con la boca llena de moscas.
— No tienes ningún derecho de prohibirme nada y menos de amenazarme.
— créeme, si que lo tengo ¿ No es asi nena? — eso va dirigido a mi
— S.sii — fue lo único que pude articular estaba paralizada aún no salía de mi trance.
— Bien ya escuchaste a mi chica, e sido muy condescendiente contigo para no perturbar la paz y tranquilidad de ella, pero si te le acercas nuevamente..... Mejor desearás no haberlo echo...
— No sabes con quién te estás enfrentando
Max se ríe — No, eres tú quien no sabes quién soy y es mejor que sigas sin saberlo. Ahora largo antes de que me arrepienta.
Y así sin más se fue por donde vino el muy desgraciado entro por la puerta que da a la piscina, así nadie de la casa vería que entró a mi habitación.
Siento los brazos de Max alrededor de mis hombros, mis ojos pican por llorar no aguanto más mis nervios están hechos una manojos, así que lloro lloro como una niña pequeña a la que le quitaron su helado.
Escondo mi cara en su pecho, puedo sentir lo definido que está sus grandes brazos son como un par de torres bien fundadas a mi alrededor para sostenerme y no desarme caer.
Cuando por fin puedo dejar de llorar Max habla.
— ¿ Estás bien? ¿ Te hizo algo?
— Si estoy bien, no llego a hacerme nada, llegaste justo a tiempo.
— Siento que hallas tenido que presenciar todo eso Me hubiera gustado estar aquí antes de que salieras del baño para para evitarte todo eso.
— Nadie es adivino, si tan solo me hubiera imaginado que iba a parecer en mi habitación hubiera mandado a poner guardias en las puertas de mi habitación para que no entrara.
Aún me tenía abrazada, acariciando mi espalda, se sentía... Bien... por alguna razón me sentía segura con él, no debería de sentirme así pero era como me sentía, segura.
— De ahora en adelante yo te protegeré, no dejaré que te hagan daño.
— El solo está obsesionado con algo que no puede tener. Yo creo que con tu clara advertencia se puede ir olvidando de su obsesión.
— Las personas obsesivas no dejan su obsesión así de fácil a menos que pierdan el interés por si solos una vez que dicha obsesión los aburra.
— Quieres decir que ¿Hasta que no cumpla con lo que quiere no dejará de fastidiarme la vida?
— Exacto, las personas obsesivas están enfermas, quieren tener todo bajo su dominio, su control, quieren que las cosas se hagan conforme ellos quieren, y están dispuestos a hacer lo que sea para obtener lo que quieren.
— ¿Y así no se forman los Psicópatas?
— Los psicópatas nacen siendo.. psicópatas, a los que hay que tenerles más cuidado son a los Sociopatas, ellos son más inestables.— suspiró pesadamente y agarro mis hombros para separarme un poco de él.— ¿ Como te diste cuenta que estaba en tu habitación? ¿Porque no hiciste nada?
— Por su perfume, solo que no sabía que era lo que quería o porque estaba aquí, el sabe muy bien que a mi habitación no puede entrar, supongo que sabe mi condición y entro por la puerta de la terraza, cuando llamaron a la muerta fue como un respiro pensé que era Sam o mi papá pero agradezco que hayas sido tú.
— No te volveré a dejar sola preciosa.
— estás exagerando las cosas, con una orden de alejamiento hacia el yo creo que es suficiente.
— Si yo fuera él.... Ni una orden de alejamiento sería suficiente para llevar a cabo lo que sea que quiera hacer contigo. Encontraría la forma de llevar a cabo mis retorcidas ideas.
— Bueno viéndolo desde ese punto de vista, creo que deberia de tener guarda espaldas hasta que se le pase la calentura de la obsesión.
— O hasta que muera.... Yo estoy a tu disposición puedo ser tu guarda espalda y matarlo para que estés tranquila.
— ¿Estarías dispuesto a matar por mí?
— Sin dudarlo.