Alguna vez han pensado en que ¿si algo anda mal podía ir peor?
Pues bien ese era mi caso.
Como no tenía suficiente con estar nerviosa por mi cumpleaños, también estaba el echo de que estaba ciega y bueno adivinen que.....
Por andar dándome la de que tenía la agilidad de un gato en mi condición, las sábanas me jugaron una mala pasada y se enrrllaron en mis pies y bueno, caí estrepitosamente al piso, golpeando mi cabeza con el mismo, agradezco que al rededor de mi cama tengo una muy mullida alfombra que absorbió parte del golpe.
Pero que golpeado señores...
Sentí mi cabeza rebotar, dolió una barbaridad.
No supe de mis sentidos hasta que un fuerte olor a alcohol invadió mis cosas nasales.
Podía escuchar la voz de mi papá hablandome.
— vamos cariño reacciona.
No me di cuenta en qué momento perdi el conocimiento, pero lo cierto ers que ya estaba reaccionando y el dolor de cabeza era horrendo.
Un leve quejido salió de mi, rayos si que me dolía la cabeza, buen porrazo me di, cerré fuertemente los ojos antes de abrirlos poco a poco.
Estaba un poco mareada, lo atribuir a la caída, mi corazón latía como caballos desbocados, no lo podía creer, mi vista ya no estaba en completa oscuridad, todo estaba borroso solo sombras podía divisar, pero para mí era un avance mi vista estaba mejorando, si hubiera sabido que un bien golpe en la cabeza podía hacer que recobrara la vista de hace rato me hubiera dado tumbos contra las paredes a ver si mejoraba. Lo que es no saber.
Lágrimas salían sin control de mis ojos bañando mis mejillas.
— Tranquila hija solo fue un susto, el doctor está abajo Samanta lo está recibiendo, no tuviste que haberte lavantado de esa manera recuerda que no estás del todo familiarizada con tu entorno.
Estaba muy nerviosa ver la figura de mi papa frente a mí me emocionaba mucho pero también me ponía muy nerviosa ¿ y si mi visión iba a ser así para siempre andar en las sombras?. Después de todo ya no estaba a oscuras probablemente todo iba a ir cambiando tal vez mi visión se valla a ir adaptando al ambiente.
De igual forma no creo conveniente decirle nada a nadie aún, puede que el cambio que estoy teniendo se deba solo al golpe que me e dado, ¿ Y si luego vuelvo a la oscuridad total? No quiero llenarme de iluciones y mucho menos iluciones a mi papá para nada.
— si, lo siento fue muy imprudente de mi parte, rayos, me di tremenda caída.
— eres muy impulsiva, trata de tomarte las cosas con calma Katerin. No puedes ir por la vida haciendo las cosas sin pensar, recuerda un paso a la vez.
— si papá, de verdad lo siento. Pero estoy bien no es necesario llamar a ningún doctor.
— voy a bajar a ver qué pasa con Samanta que no a subido con Max. No tardó.
Sigo sin entender porque por cualquier estupidez que me ocurra tienen que llamar al doctor. Ni que me allá partido la cabeza o roto un hueso o algo así.
Tres toques en la puerta me sacaron de mis pensamientos.
— adelante— dije, me dolía la cabeza.
Que cumpleaños más caótico. Sin vista y con un dolor de cabeza monumental. ¿Que podría ser peor? Después de esto creo que nada puede empeorar mi día, ojalá y mejore.
— Kat. Aquí está el doctorsi... El doctor parker— dice Sam. Giro mi cabeza en dirección a dónde se supone está la entrada de mi habitación. Y puedo ver allí dos siluetas de personas una de mi amiga que está caminando en mi dirección y la otra supongo del doctor.
Intento ponerme de pie pero me mareo un poco y mi cabeza palpita, rayos necesito un calmante.
—hey tranquila. Ya la ayuda está aquí. — dice Sam.
— no es necesario sam, con un par de calmantes es suficiente. No es para tanto.
— pues si es para tanto, te has dado de lleno contra el piso y para colmo te has desmayado. Doctor puede acercarse.
No es posible que el este aquí en mi habitación, Sam sabe muy bien que este es un lugar privado, y sagrado para mi, no me gusta que invadan mi privacidad. Solo con acompañarme a una habitación de huéspedes hubiese sido suficiente.
— Gracias Samanta, muy amable.
— siempre a la orden doctor. Me retiro , si necesita algo solo llame. Estoy en la habitación de al lado.
Y así sin más mi amiga desapareció de mi habitación dejandome sola con mi doctor, estaba nerviosa. Y no sabía porque él solo es mi doctor. No debería de estar con el estómago revuelto de los nervios.
Vi como su silueta se acercaba a mi.
— buen día Katerin. ¿ Como te sientes.?
— de maravilla, Sam y papá arman un drama por todo. No creo necesario que hayas tenido que dejar de trabajar por venir a verme.
— oh, si era necesario, Katerin, efctivamente estás fuera de peligro pero eso no quita que tu condición no sea delicada, recuerda que tuviste un fuerte accidente, y tus nervios ópticos están inflamados aún y no queremos que un golpe mal dado empeore tu condición y sea irreparable.
— ok está bien, tendré más cuidado, lo que menos quiero es quedarme ciega para siempre.
— Tengo fé en ti Katerin se que eres una mujer fuerte, y vas a superar esta prueba. Ahora deja me ver. - dijo acercándose un poco más a mi, su perfume inundó mi nariz, -- ¿puedo sentarme a tu lado?
— oh, si claro.
Se sentó a mi lado y con una linternita alumbró mis pupilas pude ver el cambio de color en las sombras efectivamente. Ya no estaba del todo ciega, la pequeña luz de la linterna la vi muy pequeñita casi extinta pero algo es algo y me emocionaba mucho.
Pero y ¿ Ahora que haría con esta situación, este cambio? ¿ Sería buena idea y bien momento para informarle al doctor lo que me estaba ocurriendo?
No. definitivamente no, no quería ilucionarme solo por un cambio de visión pasajera, porque seguramente era eso algo pasajero.
— mmmjumm. ¿Has tenido algún cambio?-- preguntó
¿Rayos y si ya descubrió mi secreto?
* ¿No seas paranoica que va a saber nada?* - me acusa mi consiencia
— eemm ¿ca.. cambios como que?
— ¿alguna mejoría, Has tenido mucho dolor de cabeza?
— no, todo igual. El dolor de cabeza a menguado escepto ahora que si me duele, y a de ser por la caída.
— ok. Te colocaré un analgésico intramuscular para que te haga mejor efecto. Y puedas descansar. Lamento que no puedas tener tu fiesta de cumpleaños. Por cierto feliz cumpleaños bella.
— gracias Max, y no me digas así.
— ¿así como?
— bella
— pero si eres bella. No puedo ocultarlo— toca mis mejillas que han de estar mega coloradas. — y más cuando te sonrojada.
— Max por favor, no hagas esto.— tomé su mano y la aparte de mi mejilla este hombre me ponía muy nerviosa, eso era seguro.
— lo siento no quería incomodarte.
— tranquilo.
No había caído en cuenta de lo que me había dicho hace un momento...
—oye ¿como que no voy a celebrar muy cumpleaños?
— Ben cree que es mejor aplazar todo por unos días hasta que te sientas, y puedas lidiar con la prensa.
— no no estoy bien. En serio. No es necesario aplazar nada por una simple caída, si el analgésico que me va a colocar no le da sueño no hay ningún problema. Por favor llama a mi papá que necesito hablar con el.
— trata de no alterarte, recuerda que no te hace bien, trata de comprenderlo se preocupa por ti, y eres lo único que tiene.
— si lo sé pero no me parece justo que mi cumpleaños se arruine por una estúpida caída.
— ok esta bien, yo hablaré con él para que no cancele nada, llamaré a tu amiga para que te ayude a arreglarte.
— gracias Max, de verdad, muchas gracias.
— bueno.... solo tengo una petición para ti... Que me dejes bailar una pieza contigo, en algún momento de la noche.
— dalo por echo Max.
— nos vemos al rato.—
Y así sin más salió de mi habitación. ¿ Será que se dió cuenta de algo con respecto a mi vista cuando me chequeo? O ¿ Será que fui muy obvia?, Espero que no, no quiero darle falsas esperanzas a mi papá y menos a mí.
Lo otro que me dejó intrigada fue el analgésico que me iba a colocar, aún me duele la cabeza y si mal no recuerdo me dijo que me iba a colocar el analgésico intramuscular y en ningún momento me inyectó nada.
Me volví a acostar en mi cama. Esperando que Sam llegara no quería levantarme pues sentía que con algún movimiento mi cabeza podía explotar en cualquier momento.
Samanta entro a mi habitación poco después, muy emocionada por qué el doctor Parker pudo convencer a mi papá de que no cancelara nada de lo que se tenía planeado para hoy y la verdad es que no me agradaba para nada la idea de quedarme encerrada en mi habitación todo el día (en mi cumpleaños) por la paranoia de mi papá, ya que por una estúpida caída ( porque si que fue estúpida). Aff por favor.... Caerme, porque las sábanas se me enrroyaron en los pies ¿de verdad? Que estupidez, esto solo me pasa a mí y al pato Lucas, si eso, a el pato Lucas y a mi.
— Bien lo primero que tienes que hacer Sam es dejar de parlotear y traerme un analgésico porque la cabeza me va a explotar en cualquier momento, Max dijo que me iba a colocar uno intramuscular pero creo que se le olvidó.
— ehmmm.. si bueno. hablando de eso, no creo que vallas a querer que te coloque el analgésico.
— ¿Que, porque?
— bueno pues bajo, estaba espiandolos en la puerta cuando escuché que te iba a colocar un analgésico intramuscular y me preocupe, así que le hice señas para que cuando saliera poder hablar con él. — se detuvo un momento luego me coloco en mi manos derecha un vaso con agua y en la izquierda dos píldoras — tomatelas... Como te decía, cuando salió le dije que no era mejor una píldora u otra cosa que no fuese una inyección..
— Ay Sam dejate de rodeos sabes que me ponen los nervios de punta. ¿Que tanto misterio con esa inyección? Un piquete en el brazo y ya..
— ese es el problema Kat que no es en el brazo en piquete, es en la nalga y no creo que vallas a querer que el doctorsito te vea tus nalgas.
— nooo, claro que no— le dije alarmada
Efectivamente no quería que nadie me viera mis nalgas. No es que las tuviera deformes o una cicatriz horrible pero lo que tenía ahí era lo más parecido a eso que se puedan imaginar.
Pero si era algo que me iba a recordar toda mi vida que no todos son buenos, que hay personas egoístas y mal intencionadas, que son felices dañandole la vida a los demás por el simple echo de que no les gusta que les lleven la contraria quieren ser dominantes humillar a los demás.
— ¿Y le dijiste el porque?
— ¿ En serio Kat? Me ofendes, obvio que no le dije nada, pero si le dije que no te gusta andar enseñando tus partes, que tienes algo así como una fobia.
— ¿y se lo creyó?
— Si creo que sí, porque no puso objeciones. Bueno basta de hablar y vamos a la acción, es hora de ponernos bellas, ya no da tiempo de que la peluquera haga de su magia así que nos toca a nosotras hacer la nuestra.
— ¿Podemos empezar en un rato? Quisiera esperar a que el analgésico haga su efecto, ¿porque no te vas arreglando tú y luego me ayudas a mi?
— Okey, está bien. Voy a mi habitación y vuelvo en un rato, descansa un poco mientras hace efecto en medicamento, no te mortifiques es tu cumpleaños y tienes el lujo de llevar tarde a tu propio cumpleaños deja que Ben se encargue de los invitados y la prensa hasta que el sientas mejor— dice mientras de va de mi lado y encamina a la salida, ya en la puerta dice— ¿ Sabes?, Te noto diferente, no sé si es que la compañía del doctorsito te hace bien o qué.... Pero.... Te noto diferente.
Y con eso de va. Ay Samanta O'Neil si supieras porque me ves diferente.
Espera... Si ella me nota diferente... ¿Será por eso que Max me preguntó si había tenido algún cambio? ¿Será que también noto lo mismo?.... No puede ser. A decir verdad no quiero que nadie lo sepa aún, no se quita que me emociona bastante el sentirme menos en la oscuridad y más en la luz pero aún así estoy en las sombras, solo veo manchas, siluetas, espero que cuando baje al daños pueda distinguir mejor todo y así será más fácil de llevar esto.
Fui cayendo en un sueño ligero, mis pensamientos fueron vagando tranquilamente como barco en mareas en calma hasta que cayó en un profundo sueño....