Príncipe Licántropo Hunter: Estábamos a punto de aterrizar en la pista de aterrizaje fuera del territorio de la manada Montaña Ópalo. Tomamos dos aviones que podían transportar hasta trescientos guerreros cada uno. No me importaba cómo lo hiciéramos, pero íbamos a irrumpir y recuperar a Kailen. El piloto anunció que estábamos comenzando nuestro descenso cuando el peor dolor que he sentido antes atravesó mi pecho. Estaba jadeando, tratando de recordar cómo respirar. Mi mandíbula estaba apretada y mis dientes rechinaban para impedirme gritar. Todo mi cuerpo temblaba mientras agarraba los reposabrazos de mi asiento. Casi podía entender lo que decían Greyson y Zach, pero no podía concentrarme en ellos. Todo mi ser estaba consumido por este dolor ardiente que simplemente no se detenía. —Rex