Princípe Licántropo Hunter:
Kailen salió rápidamente de la morgue, y no la culpé. No podía imaginar cómo se sentía al oler de nuevo el aroma de ese desgraciado. Estaba furioso por dentro, pero no podía consolarla en público, sabía que eso solo lo empeoraría. Correr tras ella y armar una escena no la ayudaría con lo que estaba sintiendo.
—¿Qué significa el mensaje en su espalda?—Me preguntó Alfa Owen mientras salíamos de la habitación. Noté que los guerreros fueron con Kailen, lo cual agradecí.
—La M es de un hombre llamado Marcus. Fue él quien compró a Kailen y la retuvo durante casi seis meses. —Suspiré. El Alfa Owen me agarró del brazo para detenerme.
—Espera, ¿cómo sabes eso?—Me preguntó, confundido.
—Ella notó su olor, eso es lo que la hacía sentir enferma. No creo que ella olvide jamás ese aroma. —Le expliqué.
—¿Podría estar mintiendo?—Dijo su Beta.
Zach, Greyson y yo gruñimos al instante. Leímos el expediente de Kailen. Esto no es una mentira ni una broma.
—¿Estás cuestionando al Gamma de nuestro Rey?—Gruñó Zach.
—No, señor. Solo tenemos evidencia de que Kailen se escapó, no fue secuestrada, como ella afirmó. —Dijo el Beta Finn, y su Alfa gruñó.
—Una cosa que Kailen no es, es mentirosa. ¡Retrocede, Finn!—El Alfa Owen defendió a Kailen. Pero ahora tenía curiosidad sobre qué evidencia podían poseer en el caso de Kailen.
—Quiero su expediente. —Le ordené al Beta.
—La corona debería tener una copia del expediente. —Desafió el Alfa.
—He leído su expediente y no había nada allí sobre que se escapara. ¡Quiero ese expediente ahora! —Ordené.
Pasé entre ellos y salí del edificio. Encontré a Kailen, estaba junto al maletero de su SUV. Estaba inclinada con las manos sobre las rodillas. Los guerreros estaban de pie alrededor de ella. Les pedí que se quedaran con ella. No confiaba en nadie de esta manada, especialmente después de la forma en que la Luna habló con Kailen.
—Greyson, ve con el Beta Finn y tráeme ese expediente. Alfa Owen, cuando Kailen esté lista, nos dirigiremos a la escena del crimen. —Me dirigí hacia ellos y ordené. Luego me acerqué a Kailen. Hice que los guerreros formaran una pared alrededor de nosotros para que nadie nos viera. El maletero estaba abierto y ella se apoyaba ahora en la defensa.
—¿Estás bien?—Le pregunté, envolviendo mis brazos alrededor de ella. Los guerreros nos daban la espalda y nadie podía vernos a través de ellos ni a través de las ventanas tintadas.
Para mi sorpresa, Kailen no se apartó. En cambio, envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y apoyó su cabeza en mi pecho. Su ritmo cardíaco era elevado y su respiración era laboriosa.
—No entiendo, Hunter. ¿Por qué?— Susurró en mi pecho.
—No lo sé, Hermosa. Pero él nunca te tendrá. Nunca dejaría que eso sucediera, ¿de acuerdo?—Le susurré, y ella asintió en mi pecho. Sabía que los guerreros podían escucharnos, pero no me importaba.
—Solo respira, todo estará bien. —Traté de reconfortarla mientras le frotaba la espalda. Se aferraba a mí como a un salvavidas, y me desgarraba verla así. Siempre fue tan fuerte, pero ver cuánto la rompió ese monstruo me enfureció. Iba a destrozarlo. La prisión era demasiado buena para él.
—Cuando estés lista, subiremos a la escena del crimen, ¿de acuerdo?—Le dije. Me incliné y besé la parte superior de su cabeza. Honestamente, no me importaba si alguien nos veía. La amo y quiero que todo el mundo sepa que ella es mía.
—Estoy lista. —Confirmó Kailen. Me aparté para tomar sus mejillas entre mis manos. Limpié una lágrima que comenzaba a caer por su mejilla.
—No hay prisa. —Le dije.
—Cuanto más rápido terminemos esto, más rápido podremos irnos a casa. —Me dijo. Nuestras narices casi se tocaban, y me sorprendió cuando se inclinó, tocando sus labios con los míos. Se apartó, pero rápidamente volví a juntar mis labios con los suyos.
Uno de los guerreros carraspeó, lo que nos hizo separarnos. Apoyé mi frente contra la suya mientras tratábamos de calmar nuestra respiración.
—¿Qué ocurre?—Pregunté, todavía mirando sus ojos color avellana mezclado con verde bosque. Se veía tan rota y desearía poder llevármela lejos de este lugar.
—El Alfa está listo. —Respondió uno de los guerreros, y Kailen suspiró.
—Terminemos con esto. —Dijo con un suspiro. Se dio la vuelta para tomar su mochila de trabajo. Se la puso y me pasó una mochila con ropa extra y suministros para la caminata.
Antes de que pasara nuestra barrera de guerreros, la atraje de nuevo a mi pecho. Me incliné hacia su cuello, inhalando profundamente su aroma.
—¿Estás segura de esto?—Susurré mientras le daba suaves besos en el cuello. Ella asintió, y caminamos a través de los guerreros para encontrar a todos esperando.
—Gamma Kailen, ¿estás bien?—Le preguntó Alfa Owen.
—Sí, gracias, Alfa Owen. —Le respondió. Noté que Beta Finn la miraba con desdén, y me pregunté cuál era su problema. No tuve oportunidad de preguntarle, ya que la puerta principal de la casa de la manada se abrió de golpe. Noté que Kailen se sobresaltó por el ruido. Extendí la mano, atrayéndola de nuevo a mi pecho.
Tan pronto como la toqué, noté que el Alfa Owen me miró con enojo, pero yo le devolví la mirada. Kailen es mía ahora, y nunca la dejaré ir. Y además, él tiene su propia Luna.
El antiguo alfa, Landon, salió apresuradamente de la casa de la manada y bajó al porche. Caminó directamente hacia Kailen y la envolvió en un abrazo.
—Gamma Kailen, es tan bueno volverte a ver. ¿Cómo has estado, mi estimada?— Preguntó mientras se separaba del abrazo pero mantenía sus manos en sus hombros. Noté que ella se estremeció un poco cuando tocó su lado izquierdo. Me pregunto si mi marca de mordida todavía le molestaba.
—He estado bien, Alfa Landon. Y puedes llamarme solo Kailen. No hay necesidad de títulos. —Le dijo Kailen con una sonrisa.
—Entonces será mejor que me llames solo Landon, Gamma Kailen. —Bromeó con ella.
—Trato hecho, Señor Landon. —Arrojó Kailen.
—Antes de que te vayas, ¿deberíamos tomar té?—Le preguntó.
—Eso sería maravilloso. Si no es más tarde hoy, estaremos quedándonos en la ciudad otra noche y siempre podríamos encontrarnos por la mañana. —Agregó Kailen, y él asintió. La envolvió en otro abrazo.
—Estoy muy orgulloso de ti, Kailen. —Le dijo. Se apartó y ahora solo la miraba. Debe ser raro para él. Se suponía que ella sería su nuera.
—Gracias, Señor Landon. —Le dio una cálida sonrisa.
—No te detendré más. Sé que tienes trabajo que hacer, pero ven a buscarme cuando termines. —Le pidió el antiguo Alfa.
—Por supuesto. —Le respondió Kailen con afabilidad.
Podía decir que el Alfa no estaba contento con la interacción de su padre con Kailen. El antiguo Alfa parece ser bastante genuino con ella. Pero no podía culparlo, la actual Luna parecía una perra ruin.
—¿Vamos?—Dijo el Alfa Owen, molesto. Comenzó a caminar en dirección a la escena del crimen y lo seguimos detrás de él.
—¿Lo conseguiste?—Le pregunté a Greyson cuando él y Zach se movieron a mi lado. Kailen caminaba delante de nosotros.
—Lo hice. Lo guardé en el camión. —Dijo, y le di una mirada significativa. Sabía lo que estaba diciendo. No querían que echara un vistazo a ese archivo. ¿Qué demonios pasa con esta manada?
Continuamos caminando hasta que llegamos a un embalse. Fue entonces cuando Kailen dejó de caminar. Parecía haber una pequeña plataforma en medio del lago, con una pequeña cabaña.
—Gamma Kailen, ¿qué pasa?—Alfa Owen se acercó a Kailen.
—¿Cuándo construyeron esto?—Le preguntó.
—¿Cómo sabes que lo construimos nosotros?—Le preguntó de vuelta y pude ver que ella trataba de no poner los ojos en blanco.
—El lago es nuevo. Ahora, ¿cuándo y por qué se construyó?—Le preguntó Kailen, molesta.
—Se construyó hace unos años, porque teníamos problemas con las inundaciones. —Respondió.
—¿Por qué hay una estructura tipo cabaña en medio del lago?—Le preguntó Kailen.
—Mi padre lo usa para pescar. No tiene nada que ver con el cuerpo que se encontró. —Trató de explicar. Ella caminó hacia el borde del agua y se quitó la mochila. Estaba desabrochando su sudadera con capucha cuando me acerqué a ella.
—Kailen, ¿qué estás haciendo?—Le pregunté confundido. Había colocado su cámara junto a su mochila y puso su sudadera sobre la mochila.
—Estoy revisando la plataforma. —Me dijo, mientras se arrodillaba para desatar sus botas.
—¿Por qué? Esta área no tiene nada que ver con el caso. —Dijo el Alfa Owen detrás de mí.
—No necesito explicarme contigo, Alfa Owen. —Le dijo Kailen y me encantó cómo respondió con tanta determinación. Se quitó las botas y se sacó la camiseta, quedándose solo en sujetador. De inmediato me puse frente a ella, tratando de bloquear la vista de los demás.
—Kailen, ¿en qué estás pensando?—Le pregunté mientras se quitaba los jeans.
—Solo confía en mí. —Fue todo lo que dijo mientras se quitaba los jeans. Comenzó a adentrarse en el agua hasta que pudo nadar. Me alegró ver que al menos llevaba ropa interior y no un tanga.
—¿Qué está haciendo?—Preguntó Zach, mientras la veíamos nadar hacia la plataforma.
—No lo sé, pero confiamos en que ella sabe lo que hace. —Le respondí.
—¿Es eso una marca de mordida en su hombro?—Preguntó Greyson, y sabía que estaba sonriendo, pero no respondí.
—Vaya pérdida de tiempo. —Comentó Beta Finn, y gruñí.
—¿Cuál es tu problema?—Le pregunté.
—Tu Gamma está desperdiciando todo nuestro tiempo con esta tontería. No me sorprendería si ella misma montó todo esto para hacerse la víctima. —Exclamó el Beta Finn.
Estaba a punto de golpear a este Beta imbécil en la cara, pero su propio Alfa se me adelantó. Beta Finn cayó al suelo, frotándose la mandíbula.
—No te atrevas a hablar así de mi pareja. —Gruñó a su Beta.