Estas a punto de leer una historia s****l, gráfica, con humor n***o y violencia. En fin, una lectura totalmente para adultos. Si no te sientes cómodo, por favor no continúes, otros pueden disfrutar en tu lugar.
Cuarentena: Es un término para describir el aislamiento de personas o animales durante un período de tiempo no específico como método para evitar o limitar el riesgo de que se extienda una enfermedad o una plaga.
Historia original, sin plagio ni copias. Sexo variado, mantén la mente abierta y disfruta.
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Me levanté de la cama olvidando que vestía apenas una vieja camiseta raída. Corrí a buscar a mi amor: Gertrudiz. — Buenos días, cariño — La saludé y cómo siempre, no respondió. Era normal, me asustaría si mi cafetera me respondiera el saludo matutino.El divino olor a café inundó el diminuto apartamento que había conseguido en Nueva York. Tomé mi taza favorita, una con la cara de Bob Esponja de color amarillo, y me senté en la antigua silla que había sacado de una tienda de segunda. Acomodé mi trasero y admiré la vista que el ventanal me mostraba: Patrullas, ambulancias, trajes enterizos blancos, tapabocas, máscaras plásticas. Anoche fue decretada la cuarentena por causa de un virus incógnito que había llegado de muy lejos y empezaba a acabar con muchas personas.La pregunta era, ¿Qué podría hacer? No me arriesgaba a salir de casa, todo lo pensaba comprar gracias a deliverys y cosas cómo esa. Y a las personas que llegasen a la puerta -cómo la vecina del piso inferior- les regalaba una rápida rociada de productos desinfectantes que mantenía junto a la entrada.Mi teléfono de pronto se iluminó con la llegada de un nuevo mensaje de w******p. Abrí y una sonrisa se plantó en mí sin siquiera leer. Era Nicole, mi prima, mejor amiga y confidente."Hey, loca. Encontré una App para que calmes tu calentura por estos días oscuros. Te paso el link" Y seguido, estaba dicho link. Puse los ojos en blanco y le envíe una nota de voz. — Ja, ja. Muy graciosa, estúpida. ¡Creo que a ti te puede hacer más falta que a mí!Sabía que no era así, ese era el asunto. Ella vivía a dos calles de la casa de su nuevo novio, el cual conoció en la lavandería de la calle que los divide. Historia graciosa. La cuentan cada vez que puede. El caso es que, yo, sufro más que ella. Mucho más.Mi pareja, por así decirlo, se encuentra kilómetros de distancia. Literalmente.Alan estaba actualmente en España. Su trabajo de asistente médico lo hacía viajar con frecuencia y, este asunto sanitario, lo obligó a cumplir el confinamiento en Madrid.Por pura curiosidad, entré al link de la App que me había enviado."Glimmer - La mejor aplicación para citas rápidas. Mantén las esperanzas de tener pareja o encuentros casuales en esta dura cuarentena, escoge en tu perfil qué buscas para facilitar el proceso, sé honesto con todas las preguntas que hacemos para tu seguridad, registrate y disfruta!"
Y, sin darme cuenta, sin saber por qué, algo en mi se encendió.Y di clic. ¿Quién sabe? A lo mejor, algo bueno salga de este confinamiento.