— Todo está bien aquí, tía Rob. Sí, Zenda y yo estamos arreglando la parte de abajo. Sí, sí, es mucho para dos personas. Lo sé, bien, por eso tardaremos un poco en terminar. Sí, ya sé que hay toque de queda. Si se me hace muy tarde me quedo a dormir en unas butacas — me miró de reojo mientras me cruzaba de brazos y lo miraba con enojo — O tal vez Zenda me invite a dormir a su casa. Sí, no, nos llevamos bien. Claro que es una buena chica, yo soy un buen chico también tía — hablaba rápido y noté un ligero sonrojo en sus mejillas — Bien, te dejó. Avísale a mamá. Claro que era una mentira, falso totalmente, porque el niño quería quedarse hasta tarde para organizar una "pequeña y discreta" fiesta.Me negué, no me mires así. Pero es que el chico realmente tiene influencias. Mandó a Simón a su cas