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DECLAN
Fui el primero en levantarme a la mañana siguiente, y me sentía feliz de tener algo de privacidad. Desde que Hannah nos contó su historia la noche anterior, me moría por investigar un poco y ver lo que encontraba sobre el idiota que la tenía huyendo asustada. La mejor manera de vencer a un contrincante era saber de dónde venía y cómo pensaba.
Lo que encontré hizo que se me retorciera el estómago. Un militar hecho y derecho, alguien como el teniente coronel Bradley S. Madison parecía tener conexiones. Me sorprendía que no hubiera conseguido a Hannah todavía, eso solo confirmó lo bien escondida que estaba nuestra chica. Sin tarjetas de crédito. Sin cajeros automáticos, ni siquiera teléfono celular. Nada que indicara búsqueda alguna. Hasta ayer.
Con su primer y segundo nombre en
