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CATHERINE
Para cuando llegamos al rancho de Jack, yo estaba que echaba fuego. Podía ser por la adrenalina y el júbilo embriagante de ver a Sam y a Jack en el aeropuerto que me sentía tan atrevida, pero no. Era por el hecho de que ellos tenían razón. Sí, ellos eran dominantes y mandones, pero era lo que necesitaba. Lo quería. Los quería a ellos. Entonces cuando me quité los pantis y los sostuve fuera para ellos, era una señal, y una muy traviesa, por cierto, que les estaba dando. Una señal para hacerles saber que me entregaba a ellos. Quería estar entre ellos, y que el resto del mundo se pierda en el horizonte. No, ir sin ropa interior no alejaría mis problemas, pero era un recordatorio de que tenía a Jack y a Sam. Ya no estaba sola.
Cuando Jack apagó la camioneta frente a su casa, yo
