—Hay aquí un lugar donde tal vez sería poco delicado llevar a un nativo de Mississippi —dijo Verena después de este episodio—. Me refiero a aquel alto edificio que sobresale entre todos los demás; aquel gran edificio con sus bellos pináculos que puede verse desde cualquier sitio. Pero ya Basil Ransom había oído hablar del gran Memorial Hall; sabía qué recuerdos albergaba y qué era lo peor que le podía deparar aquel sitio; la elegante y sobria estructura, el más bello ejemplo de arquitectura que hubiera visto en su vida, le había llamado la atención durante la última media hora. Pensaba que tal vez había demasiado ladrillo en la construcción, pero estaba ornamentada con contrafuertes, torres, claustros, pórticos, como nunca antes había visto en ningún edificio. Aunque no era una construcci