Alcanzó a rozar la pierna de Emma, algo que hago con toda la intención; ella dobla su espalda inclinando su cuerpo bien hacia atrás, está evitándome, pero en verdad se ve muy sensual. —Ya fue suficiente, no ves que me incómodas porque yo exactamente puedo hacértelo entender. —Ella baja su mirada, Emma no puede ser así, cuando ya deberíamos estar sobre el suelo besándonos y teniendo sexo. —Eso lo debería decir yo, porque más groserías ya me terminan cansando —hablo alto, herir la susceptibilidad de ella no me interesa ya, Emma continúa siendo una mujer resignada, la cual por tener una familia sólo debe aguantar. —No pues ahora es bien grosero, —la terminó por interrumpir con mis labios, todo hasta que escucho a lo lejos varias risas juntas. —Que escena tan romántica, pero se me van d