«No soy un demente, solo soy un excéntrico. A veces ni yo mismo me comprendo» Albert Fish. Polly tragó grueso. Como el resto, estaba consternada. Abrazaba sus brazos e incluso el cohibido y molesto Jean David se sintió apenado por su chica. Eran infiel, es cierto. Él también, ¿Y qué? Al final, como siempre… Sólo se tenían el uno al otro. Se sentó a su lado con la espalda contra la pared. Todos estaban silenciosos y con caras de tristeza, y a la vez, de preocupación. Cualquiera podía ser el siguiente. Ahora eran trece participantes. -¿Cómo pueden ser tan sanguinarios?- preguntó Polly en un murmullo mirando al frente sabiendo que Jean David la escuchaba con perfección. -Mira a tu alrededor, Polly- dijo su novio con voz neutral- Estamos rodeados de seres sanguinarios incluso cuando vem