Los días fueron pasando y Chávez no obtenía nada de información, las cámaras de seguridad no funcionaron ese día, sus hombres se habían encargado de no dejar evidencia, se dirigió hasta el laboratorio de criminalística. —Dime que ya procesaron la sangre de la víctima desconocida. —Si, ya fue procesada, pero los resultados no creo que le hayan a gustar. — ¿Por qué? —Murió hacé dos años, su cuerpo no fue identificado fácilmente, lo pudieron identificar por sus registros dentales. —Al menos que los fantasmas existan, que hace un muerto aquí. —No solo eso, también es un señor de 75 años. —No tenemos nada entonces, seguimos buscando un fantasma. Chávez cada vez se encontraba más nervioso, su vida está en riesgo, su teléfono empieza a sonar. —Señor no sé si ésto le interese, pero hemos