El hospital se encontraba con dos policías en cada entrada, los ascensores y escaleras se encontraban vigilados por cámaras y agentes, las habitaciones aledañas a la de Chester estaban vacías.
—No quiero que nadie entré a esa habitación, pronto alguien ingenuo vendrá y se lo llevará —ordeno el Alto comisionado Wilfredo.
Todos los oficiales se mantenían en su puestos, hasta que un incendio en el primer piso se propaga demasiado rápido por las tuberías de oxígeno.
—Ayuden a evacuar el edificio, agarren un extinguidor y ábranse caminó —ordeno el alto comisionado por la radio.
Los bomberos se empezaron a escuchar en las calles, pero era tanta la cantidad de personas que los bomberos tuvieron que pedir apoyo a otras estaciones.
—Esto es culpa tuya —le dijo el alto comisionado a Chester.
—
