Abro los ojos sobresalta, girando mi rostro hacia el cuerpo de Alice. Vislumbrando que se encuentra dormida, y que solo ha sido otro mal sueño. Me levanto de la cama, escuchando los quejidos de Alice. Lavo mi rostro con agua fría, todavía con mi corazón palpitando con rapidez por el sueño tan tétrico. Bajo mi mirada a mi mano, observando que está bien. Inhalo con fuerza, pegando unas carreras porque de seguro voy tarde al trabajo. Tropiezo con las patas de todos los muebles que habitan en la casa, como si hoy no fuera realmente mi día. Termino de colocarme los zapatos que mi madre odia tanto como el amor que le tiene a sus Gucci. Sujeto mi bolso, introduciendo mi celular, que marca en la pantalla lo tarde que voy y las llamadas perdidas. Saco las llaves de mi Neon, despidiéndome de Alice,