UN MES DESPUÉS . . . Mi vida había cambiado drásticamente. Ahora comía, bebía, dormía y respiraba por y para s*x Toy. Y aunque suene malo, la verdad es que no lo era en lo absoluto. Aún no salía al “mercado” como decían las demás. Si bien el término al principio me chocó, recordé que para todos éramos objetos, accesorios. Me educaron durante este tiempo, modificando mi forma de hablar, al menos un poco. También empecé a hablar con más fluidez, dejando de lado un poco mi vergüenza y eso era un punto a mi favor que utilizaría para siempre. Las chicas más que amables, eran familia. Ahora entendía bien porqué s*x Toy era tan exitoso y es que el trato entre el personal, las empleadas hacía todo más fácil de llevar. Tocaron a la puerta de mi habitación y con un suspiro fui a atender. A ve