Emma se ofreció a hacernos el desayuno como forma de disculpa yo la ayude - eres muy bonita - dijo de repente y yo la miré - gracias, tú también - dije y ella se sonrojó - gracias, no tanto como tú, pareces una princesa, al parecer tu hermano te cuida mucho al igual que Arthur - no les queda de otra más que aguantarme Seguimos cocinando los chicos se unieron a nosotras cuando la comida estuvo lista, estuvimos contándole a Emma historias de nosotros cuando éramos pequeños, de los viajes de cómo Arthur y Michael hacían que mamá se preocupara por qué cuando cumplieron 16 salían todo el tiempo de fiesta a tal punto que papá los obligaba a ir con el guardaespaldas, ella se entretenía con nuestras historias - y tú, qué tal fue tu adolescencia - pregunté y su rostro se ensombreció -